UNA CONSULTA DE TAROT PUEDE ACLARAR TU VIDA...


¿Querés saber por qué te pasa lo que te pasa?

¿Qué siente tu pareja por vos?

¿Si vas a poder lograr tus objetivos?

Y lo más importante:

¿Qué podés hacer para tomar las riendas de tu vida?

Todo esto y mucho más se puede revelar ....

a través de una

CONSULTA DE TAROT

Para más información y consultas personales comunicarse

vía celular...

TAROT PARA EVENTOS



Casamientos, Fiestas, Eventos Empresariales y Sociales,


Despedidas, Convenciones, Inauguraciones....


Hacé que tu evento sea inolvidable!!!


Que la fiesta comience en la recepción! o A la hora de la cena, mientras la música está de compañía, y la gente se acerca a la mesa del Tarot !!



Sorprende a tus invitados con una experiencia única!!!


Las consultas son personalizadas a través del

Tarot Marsellés, Rider o Barbara Walker...

El servicio incluye ambientación con velas y elementos esotéricos.


SERIEDAD Y RESERVA

SERVICIOS ASTROLÓGICOS


¿Necesitas una orientación puntual?

¿Quieres obtener respuesta a alguna
cuestión que te preocupa?

Mediante un completo informe Astrológico, a traves de una entrevista personal, podrás comprender mejor los altibajos de tu personalidad, reconocer las fluctuaciones de tu carácter y los ciclos por los que atraviesas, saber cuales son las disposiciones naturales que posees, conocer tus cualidades positivas y negativas.

Al conocer tus cualidades positivas puedes explotarlas al máximo para tener el éxito en la vida, al conocer las negativas puedes trabajar sobre ti mismo para superarlas.

Carta Natal + Revolución Solar (incluye carta impresa)

Carta Natal + Consulta Tarot (incluye carta impresa)

Cualquier consulta personal será bienvenida...

Te asesoraremos con profesionalidad y te proporcionaremos

alternativas y recomendaciones si es oportuno.

Para mayor información comunicate


via celular....




--------------------------------------------------------------------

No dejes de ver éste video....


(Poema Oda a la Astrologia)




CURSO DE TAROT JUNGUIANO (Lic. Graciela Lavagnino)

Algunas Consideraciones Antes De Empezar:
¥ Me baso en las premisas de la Psicología Junguiana para encarar el estudio del tarot, conceptos como el camino de individuación, la sombra, el ánima, el ánimus, el self, el ego-conciencia, las cuatro funciones psíquicas serán aplicados al mismo. Estos conceptos se irán volcando a medida que vayamos avanzando.
¥ No trabajaremos con cartas invertidas. Considero que toda carta como el arquetipo que se representa en ella contiene su porción de sombra y de luz (Ying y Yang). Algunas de ellas serán más luminosas que sombrías y viceversa, no serán estudiadas en términos de malas o buenas. Los conceptos que antes utilizaba por ejemplo la astrología antigua en relación a lo que se consideraban planetas benéficos o maléficos están agotados. En nuestra era se trata de utilizar el oráculo en función de captar la esencia de una situación dada y de cómo estamos parados frente a ella. Por otra parte las combinaciones de cartas nos darán la pauta de la cualidad sombría o luminosa de la respuesta (p.e. "El Emperador" acompañado por "El Diablo" nos remite a abusos de poder, a la utilización del mismo con fines ilegítimos, etc. mientras que si aparece con el Sol se resaltan los aspectos luminosos del arquetipo del Padre).
¥ Sin embargo, hay que tener en cuenta también que nada es definitivo, lo único mutable es el cambio mismo. Nada es malo o bueno en sí mismo, simplemente es.Hay que aclarar lo siguiente: ningún oráculo es infalible. Cuanto más sepamos acerca del lenguaje simbólico que está presente en los arcanos y más nos conectemos con nuestra propia intuición mejor interpretaremos su mensaje. Nuestra misión como intérpretes es ayudar a la persona a conectar con su propio interior, con su sabiduría, con su inconsciente que es en definitiva de donde emanan las respuestas. Lo que se debe hacer es aclarar ideas, conceptos, orientar. En general lo que ocurre en nuestra vida es producto de nuestro interior, aunque nos cueste este concepto, ya que culpando al entorno nos libramos de responsabilidad echándole la culpa a la suerte o al destino.
Sin embargo, tendiendo en cuenta la ley universal de Trimegisto "Cómo es arriba es abajo, como es afuera es adentro" podemos modificar nuestro entorno en la medida en que trabajemos con nuestro interior.
¥ ¿En qué nos basamos entonces para interpretar el oráculo? En el concepto junguiano de la Sincronicidad para explicar cómo funciona el mismo.
La Sincronicidad consiste en la unión trascendente de dos hechos que aparentemente parecen desligados y que sin embargo conforman una unidad psíquica y física.
El hecho de extraer una carta es un hecho físico, el problema, la consulta, la pregunta, es un hecho psíquico. Ambas están unidos en tiempo y espacio, el momento en el que se extrae la carta y la situación determinada comparten la misma esencia, por ende el significado arquetípico de la carta nos va a dar la respuesta a la inquietud que se plantea.
Para saber más acerca de este tema se puede consultar el libro "Adivinación y Sincronicidad" de M. Von Franz (discípula de Jung).
* Existen distintos tipos de mazo para un mismo tarot. Esto significa que los arquetipos son los mismos, varía el envase. El tarot junguiano diseñado por Robert Wang, artista plástico y analista junguiano norteamericano me parece el más rico desde el punto de vista simbólico. Sin embargo como no se consigue en el país y es poco conocido me remitiré también al Marsellés.
* Con respecto al tema tiempos. Es muy difícil hablar de tiempos a la hora de consultar el tarot. Creo que por otra parte plantear una fecha concreta puede resultar demasiado determinista. En mi caso me baso en calidad activa o pasiva de la carta a la hora de definir si una situación se puede definir en forma rápida o por el contrario llevará un proceso más complejo en el tiempo.
Las cartas activas son cartas de concreción:
El Sol, El Carro, El Mago, etc. arquetipos de orden masculino, no entendido como género sino como energía (actividad, lucha, acción, concreciones),
Mientras que las pasivas se refieren a energías femeninas (introspección, fecundidad, receptividad), como La Sacerdotisa, La Luna, etc. ...
consecuencias
I. EL MAGO
Nada Es Imposible
Palabras Clave: Inicios - Recursos - Creatividad - Soluciones - Espectáculo – Estrategia
Es el número uno, simboliza los inicios, la luz, el poder, el cielo, el espíritu y el liderazgo. Es el arquetipo del alquimista, el creador, su aspecto andrógino simboliza que él es quien va a unir los opuestos.
Está en acción como el Loco pero a diferencia de aquel que andaba sin rumbo fijo el Mago tiene un plan, es seguro, conciente de lo que hace y de los recursos con los que cuenta. Su atención se dirige hacia ellos, representados por los objetos (símbolo de los cuatro elementos) que se encuentran en su mesa, la mesa de la realidad, lo cual limitará su accionar dentro de esas fronteras, de tal modo que sus energías no se desperdicien ni se pierdan.
Con respecto a los cuatro elementos vale la pena desarrollar el tema un poco más. En realidad cuando hablamos de ellos nos referimos a funciones psíquicas que se encuentran presentes en todos nosotros y que están simbolizados por los cuatro elementos de la naturaleza: el agua, el aire, el fuego y la tierra.
El agua simboliza el mundo de los sentimientos, el aire lo intelectual, el fuego la acción, los ideales, la "chispa" divina y la tierra el mundo material y sensorial.
Jung tomó estos conceptos para establecer sus tipos psicológicos, determinando así que el ser humano en general poseía una función más destacada que el resto y estableció también pares de opuestos.
Esto es si la persona tiene más desarrollada la función del pensamiento su conexión con el mundo del sentimiento está en detrimento y viceversa, si es activa, entusiasta, idealista su "fuego interno" o función "intuitiva" según Jung estará más desarrollada que su "percepción", esto es su contacto con lo material.
Jung distingue entonces dos pares de opuestos: el pensante vs. el sentimental; el intuitivo vs. el perceptivo.
Lo ideal es mantener un sano equilibrio entre todas estas fuerzas, aunque lo cierto es que parecería ser que en cada uno de nosotros prevalece una o dos funciones por encima del resto.
Esto es en definitiva lo que logra el mago. Si bien es una energía activa, masculina, fecundante, el hecho de que todas sus otras funciones representadas por los elementos estén presentes en la mesa, hace que él tenga sus potencialidades integradas, ninguna fuerza es contraria a la otra, no carece de nada, y todo es tenido en cuenta. Finalmente, nada se pierde y todo puede ser utilizado en su beneficio.
Está a punto de montar un espectáculo. Este hombre es un artista dedicado a su trabajo, un buen profesional. Está enfocado en el presente.
Si el loco es ese impulso que nos lleva a buscar, el mago es el factor que canaliza esa energía. Su varita mágica lo conecta con Hermes, el dios de la comunicación, el único dios al que se le permitía descender al Hades a su antojo.
Como el loco también está emparentado con el arquetipo del tramposo, sin embargo a diferencia del loco que es un bromista y se ríe a nuestras espaldas el mago es un ilusionista, prepara el show para nosotros y lo hace de frente.
El loco es un amateur solitario, el mago es un profesional que requiere nuestra colaboración.
El Mago está comprometido con el resultado y si falla busca entender porqué. A él le interesa saber cuál es el principio creativo subyacente en medio de la diversidad. Quiere manipular la naturaleza para dominar sus energías, tal como hacían los hombres de otras épocas y aún hoy en día en algunas tribus a través de rituales para atraer a la lluvia, generar abundancia, etc.
El mago puede enredarnos y crear ilusión, haciéndonos dar cuenta que las cosas no son lo que parecen y que todo está en continua transformación. Sin embargo, este poder mal utilizado puede transformar al mago en el charlatán que estafa a los desprevenidos.
La esencia oculta del arte que realiza el mago tiene que ver con la revelación. El tiene el poder de revelar la realidad fundamental que subyace a todo. Por eso el mago se relaciona con la posibilidad de hacer milagros. Cuando estamos conectados con esta energía nada es imposible, nos sentimos capaces de descubrir cosas nuevas, confiamos en nuestra intuición, nos conectamos mejor con nuestras propias potencialidades, vemos las cosas desde otras perspectivas, podemos encontrar una salida creativa a nuestras dificultades.
El en el Tarot Marsellés sus vestimentas son coloridas como las del loco, representando la unión de los opuestos, el ala de su sombrero sugiere la figura de un ocho tumbado, símbolo del infinito, lo que nos sugiere el cambio, el movimiento continuo de la creación.
La vara en su mano izquierda (la que representa el inconsciente) concentra y dirige su energía y los elementos en su mesa. La vara es un símbolo de potencia y clarividencia.
En el Tarot Junguiano vemos al mago de frente, manipulando objetos de alquimia en una mesa con dos velas que además de representar la luz de la conciencia también nos dicen que este trabajo debe hacerse de día y de noche.
En la escena el mago manipula el fuego sin quemarse lo que da muestras de su habilidad. El caduceo como simbolizo de la medicina se relaciona con la idea de la curación.
En el fondo se encuentran el sol y la luna, los dos opuestos, luz y oscuridad, padre y madre, conciente e inconsciente, ambas fuerzas están presentes en el Mago.El Mago en la interpretación: * La persona está realizada, está satisfecha con lo que hace, hay un esfuerzo por hacer las cosas bien, necesidad de mostrarse, buena conexión con sus propios recursos. Hay creatividad, entusiasmo, originalidad.
* La sombra del mago es el diablo. La persona no acepta los cambios, no se conecta con ella misma, puede ser mentirosa, manipuladora, engañosa, mediocre. No quiere transformarse a ella misma ni a su propia realidad.
Es una carta Yang, activa, de concreción. Si bien posee el dominio sobre los cuatro elementos, se corresponde con el elemento aire y fuego.
* Si preguntamos por los tiempos nos habla de situaciones que salen a la luz rápidamente.* Como consejo el mago nos propone actuar, tomar la iniciativa, aceptar una tarea y dominarla.Si hablamos de características personales Roberto Torres los describe como: activos, inteligentes, versátiles, magnéticos, creativos, mal aspectados son insensibles, ambiguos, demasiado racionales y tramposos.
Luz: creatividad, recursos, conciencia, libertad, profesionalismo, transformación creativa.Sombra: mentira, engaño, manipulación, negativa a cambiar, falta de confianza en sus recursos y en la vida.
Algunas combinaciones:
Junto a cartas luminosas el mago se potencia, los recursos se pueden explotar al máximo. Con el sol hay mucha creatividad, entusiasmo, sensación de plenitud, confianza, disfrute.
Con la Emperatriz es una muy buena combinación para el arte, ya que ella le aporta al mago la sensibilidad necesaria. Es una dupla muy fértil.
Con cartas sombrías/pasivas como sucedía con el Mago la energía del mago no puede canalizarse bien.
Surge su costado sombrío, la charlatanería, la estafa, recordemos que la sombra del mago es el diablo.
Se utilizan los recursos y poderes para el propio beneficio.
II LA SACERDOTISA
El Misterio De Lo Femenino
Palabras Clave: Intuición, Sueños, Idealización, Sabiduría, Misterio
Nos encontramos con la primera representación del principio femenino, específicamente con su aspecto Ying, con la verdadera esencia de la mujer, distinguiéndose de la Emperatriz que representa el aspecto Yang.
La Sacerdotisa representa el aspecto femenino en cuanto esencia a diferencia de La Emperatriz ya materializado y a La Luna que representa el aspecto sombrío del arquetipo.
Esta diferenciación también la encontramos en las proyecciones que desde la antigüedad se colocaron en las fases de la luna: la luna llena como símbolo de fertilidad, de hogar, se asocia la diosa Hera, la luna nueva con Hécate, cuyo ámbito es el inframundo, mientras que Artemisa se asocia a la luna creciente, sutil, virgen e inalcanzable.La Sacerdotisa simboliza entonces la intuición, el servicio, la espiritualidad, el inconsciente, el mundo onírico, la comprensión, la sabiduría y el misterio.
Encarna las cualidades de Isis, Ishtar y Astarté, todas diosas que reinaron sobre los rituales de los misterios de la mujer. En su aspecto espiritualizado aparece como la Virgen María y como Sofía, la sabiduría divina.
El número dos es un número sagrado para todas las divinidades femeninas. Si se desea ampliar un poco más el tema J. Campbell en su libro "El Poder del mito" dedica un capítulo denominado "El don de la diosa" donde se refiere a la preponderancia de lo sagrado expresado a través de lo femenino en las comunidades agrícolas antiguas y cómo fue luego reemplazado por el concepto del dios hombre con el advenimiento de sociedades cuya principal fuente de ingresos eran los animales.
En el Tarot Marsellés la vemos sentada en un trono, vestida con un traje ceremonial, y posiblemente entronizada.
Lleva entre sus manos un libro abierto que seguramente es un libro sagrado ya que es a través de él como el espíritu será realizado, será llevado a la realidad. Tradicionalmente, la mujer no hace la ley pero es el instrumento de su realización. Esta mujer está quieta porque no hace falta realizar ningún movimiento para conocer su destino, la esencia de lo femenino es la receptividad.
Acepta la palabra con todo su ser. Su sabiduría consiste en comprender los ciclos presentes en la naturaleza y en la propia vida, de ahí su espíritu cambiante al igual que las fases de la luna.
Lleva un velo blanco, símbolo de dedicación especial al espíritu, y oculta su cabello, símbolo de seducción y poder sexual. Sobre el lleva una tiara triple que simboliza la unión entre cielo, tierra y agua.
En el Tarot Junguiano encontramos la figura de una mujer flotando sobre el agua en la que también hay velas encendidas, sobre el mandala se encuentra el símbolo de la luna creciente, es de noche, aunque el cielo está iluminado por varias estrellas, ella está vestida con una túnica blanca que la cubre y lleva una máscara en sus manos que alude a la máscara junguiana, siendo esta una energía que no se queda en la superficie sino que nos lleva a las profundidades de nuestro ser. La ilustración de la carta muestra muy bien su carácter misterioso, lunar, nocturno pero al mismo tiempo luminoso.
A diferencia del mago cuyo poder es solar, la fuerza de la Sacerdotisa deviene de lo lunar, del mundo del inconsciente.
El controla por medio de la rapidez, del conocimiento, de la idea, ella lo hace por su persistencia, su amor y su paciencia.
Los pilares sobre los que se encuentra repiten la dualidad que ya se expresa en el número dos. Su esencia es la paradoja. Ella que da la vida también preside la muerte. Es símbolo de fertilidad. Por eso rige los misterios, todo lo que nace debe morir, pero ¿morir para transformarse en qué?
La Sacerdotisa nos sugiere los misterios de la vida, aquellos interrogantes que no podemos contestar por medio de la razón. A los pies de una estatua de Isis, en Sais, están inscriptas las siguientes palabras:
"Yo soy todo lo que ha sido es y será. Ningún hombre mortal ha sido capaz de descubrir lo que se halla bajo mi velo".
A veces tengo la oportunidad de observar cómo algunos intérpretes del tarot confunden el concepto de virginidad en la figura de la Sacerdotisa, y en una consulta nos describen una personalidad reprimida sexualmente.
Creo que es porque no comprenden el concepto, ya que se "lee" el símbolo literalmente en lugar de captar su verdadera esencia y porque en definitiva el error está en creer que espiritualidad y materia no pueden estar de la mano, la mujer espiritual tiene que ser lánguida, reprimida e insípida.
En la antigüedad las mujeres a las que se llamaban vírgenes no eran necesariamente carentes de vida sexual, esta cualidad significaba que no estaban disponibles para que los hombres las tomaran en matrimonio, ya que se reservaban para menesteres espirituales, mujer virgen significaba "mujer sin casar".
Las pitonisas de los oráculos griegos que eran gobernados por Apolo eran vírgenes porque esa energía sexual canalizada a través de los Chakras - lo que se denomina el despertar de kundalini - les servía a los fines de su clarividencia.
El signo de Virgo regido por una virgen no significa que los nativos del mismo sean personas apáticas sexualmente, lo que en definitiva nos transmite es la idea del servicio, el poner nuestro esfuerzo al servicio de un ideal mayor que trasciende el ego.
La mujer como género está mucho más cerca de los ritmos de la naturaleza; la menstruación, la creación de un hijo, son acontecimientos que la conectan con el misterio de la vida, lo irracional, ella es tomada por su fuerza y poco puede hacer. Para el hombre la situación es diferente, la gestación de su progenie sucede fuera de él, es por eso que en la antigüedad y en algunas tribus de la actualidad se realizan los ritos de iniciación que son protagonizados por los adolescentes varones como una manera de iniciarlos en la vida adulta.
El cuerpo de la mujer es "tomado" por la vida misma, la naturaleza la hace mujer, no es necesario iniciarla.
Con respecto a la psicología masculina la Sacerdotisa representa lo que Jung denominó el ánima, que es el aspecto femenino que subyace en todo hombre, o sea su capacidad de proteger, de ser empático, de conectar con su propio interior, esta se manifiesta desde el punto de vista interno, mediante los sueños, y en lo externo se encuentra reflejada en la persona que elige como pareja.
Dice Jung que el hombre que se encuentra armonizado con su mujer interna es un ser pleno, realizado. En los mitos la mujer es quien salva al héroe, y lo ayuda a cumplir su cometido, pero el héroe debe confiar, entregarse.
Teseo puede regresar del laberinto una vez muerto el minotauro gracias al hilo que le provee Ariadna. El hombre que se divorcia de su ánima se puede ver influido por ella de forma destructiva, quien esconde sus lágrimas, su sensibilidad, su creatividad se resigna a vivir una existencia incompleta.
Esto también se ve claramente en los mitos, en "La Odisea" Ulises permanece años en la gruta de Cibeles, adormecido por sus encantos y se desvía de su propósito que es regresar a Itaca.
Y es que el poder lunar es muy sutil pero fuerte. El influjo de lo femenino en sombra puede ser letal y probablemente de acá se derive el miedo inconsciente del hombre por la mujer: cómo le teme, tiene que controlarla.
En la medida que hombres y mujeres no establezcan una mejor relación con sus propios aspectos femeninos y masculinos respectivamente, los vínculos seguirán siendo difíciles.
El elemento con el que ella conecta es el agua. En los mitos de la creación el agua representa el poder de recibir, producir y construir.
En la antigüedad el hombre estaba cerca de la naturaleza, toda su vida encontraba sentido en esa conexión, no se sentía separado de su entorno, era parte de él. Con el "triunfo" de la razón y por ende la persecución de todo aquello que se alejara de lo racional, el hombre contemporáneo se fue alejando de su verdadera esencia, y sobrevino el vacío, la falta de sentido que está presente en nuestras sociedades. Volver a conectar con La Sacerdotisa entonces nos permite rescatar nuestro hemisferio derecho, entender el sentido último de las cosas, nos sintoniza con la idea de la espera activa, la vida es una mujer y a la mujer hay que seducirla no acosarla, saber respetar los ciclos y aceptarlos.
Hay momentos para la no acción, para la siembra, estar pasivos no significa ser improductivos, por el contrario estos momentos sirven para limpiarnos, recuperar energías, conectarnos con nosotros mismos. Y así si nos acercamos humildemente a ella probablemente nos devele sus misterios.
La Sacerdotisa en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del ánima y de la virgen.
* Es una carta Ying.
* Se asocia al elemento agua.
* La persona se encuentra en un momento de mucha introspección, está muy alerta a los mensajes de su inconsciente, es importante que preste especial atención a señales, sincronicidades, sueños.
* Es un muy buen momento para crear, las musas inspiradoras están presentes. Hay un despertar en ella, situaciones que se aclaran, misterios que se develan, pero aún no se manifiestan. Prevalece la emoción y la intuición sobre lo racional.* Se vincula con embarazos y situaciones que se encuentran en plena gestación.* Desde el punto de vista sombrío puede haber demasiada idealización, distorsión de la realidad, deseos de evadirse del mundo y sus responsabilidades, ensueño, ilusiones, dependencia emocional, inseguridad, ánimo demasiado fluctuante, hipersensibilidad, temores, victimización.
La Sacerdotisa como consejo nos invita a explorar nuestro interior, a limpiarnos, a aceptar nuestro destino, a tener paciencia, nos invita a no hacer.
Si la gestación de un hijo tarda nueve meses es en beneficio de ese nuevo ser. Como dice Ralph Blum en su libro "El libro de las runas" "no se puede apurar el cauce del río".* Si preguntamos por un persona será soñadora, intuitiva, sabia, y estará "bien ubicada" en su realidad, dispuesta a ayudar y servir al otro, tiene un perfil bajo.* Si preguntamos por el tiempo en que va a darse determinada situación estaremos frente a un tiempo de gestación, de siembra, no se dará inmediatamente, hay que esperar.Luz: imaginación, certeza intuitiva, servicio, empatía, sensibilidad, fertilidad, comprensión profunda de los acontecimientos.
Sombra: ciclotimia, evasión de la realidad, idealización, indecisión constante.Algunas Combinaciones:
Junto con La Muerte nos habla de un tiempo que se relaciona con el fin de ciclos y nuevos comienzos que aún no han visto la luz. Ciertas situaciones, determinado modo de vida ha concluido, hay que esperar, conectarnos con nosotros mismos para encontrar el camino. Lo nuevo está gestándose. El peligro es caer en depresiones, sentirse demasiado vulnerable.
III LA EMPERATRIZ
La Madre Terrenal
Palabras Clave: Fecundidad -Naturaleza – Materia
Es el arquetipo de la madre, representa el aspecto Yang de la mujer. A primera vista podría confundirse con la Sacerdotisa. En realidad podemos decir que son dos aspectos distintos de la psicología femenina.
Cada vez que en los mitos o sueños aparecen hermanas en realidad representan justamente esto. La Sacerdotisa simboliza la feminidad espiritual mientras que la Emperatriz detenta el gobierno de lo mundano.
En el Tarot Marsellés está sentada en un trono, lleva un cetro con una cruz que representa el mundo de lo espiritual, tiene alas de oro, y un escudo con un águila en la otra mano. Esta ave, aunque es netamente solar, se elige para representar lo femenino ya que la hembra es más grande que el macho. En la alquimia el águila se intercambia con el ave fénix, que simboliza la espiritualización del instinto. El símbolo del águila es riquísimo. Se asocia con la fuerza, el coraje, la luz, el fuego, es el símbolo del poder imperial, de la lucha, de la ascensión que puede ser tanto social como espiritual. En su aspecto sombrío es el ave rapaz, cruel, devoradora y se asocia a la perversión del poder. También podemos decir que es un pájaro iniciador que trae la voluntad de los dioses, es su mensajero, así como también acompaña a las almas de los muertos a su descenso. En algunas culturas se asocia con los vuelos que realizan los chamanes y con el poder del rejuvenecimiento.
Si se invierte el cetro vemos que la cruz forma el símbolo de Venus. A diferencia de la Sacerdotisa cuyo mundo era interno la Emperatriz representa a la mujer activa, emprendedora y solidaria. Esto se simboliza en su vestimenta mucho más suelta y en su actitud. Además no está entre dos columnas, se encuentra al aire libre. Y es que en esta carta se materializa, se concreta el poder de la Sacerdotisa. Si esta última se conectaba con la gestación la Emperatriz es el producto, el fruto, el nacimiento.
Por eso se dice que es la Reina Madre. Como gran madre y reina del cielo la Emperatriz es la unión entre el poder Yang (fuego) del Mago y el Ying (agua) de la Sacerdotisa.
Surge entonces algo nuevo en el que están incluidos ambos aspectos. Numerológicamente el 1 del mago y el 2 de la sacerdotisa suman 3 que une a ambos opuestos. Esto se ve reflejando en todas las trinidades: Padre, Hijo y Espíritu Santo, pasado, presente y futuro, padre, madre e hijo. Osiris, Isis y Horus.
La Emperatriz nos conecta con el sentido de la realidad y la posibilidad de materializar nuestros proyectos, que han surgido de una idea propuesta por el mago y han estado en gestación durante algún tiempo. Es hora de que vean la luz.
La energía de la Emperatriz es creatividad y puro entusiasmo por la vida en general, ama la belleza. Por eso es una mujer que inspira, incita al crecimiento y a la vez sustenta. Se la puede asociar con la mujer mecenas.
En su aspecto sombrío es lo que se conoce como la Madre Devoradora que está presente en mitos y leyendas. Es la madre que da todo pero al mismo tiempo exige todo a cambio, que no deja crecer, que no da libertad. Muchos mitos hacen referencia a este aspecto sombrío de lo materno: la diosa Kali, Cibeles, etc.
La Emperatriz en la Interpretación:
Es una carta Yang. Se corresponde con el elemento agua y tierra.* Con cartas sombrías surge su aspecto devorador o puede estar refiriéndose a situaciones que no terminan de materializarse, de crecer, hay impedimentos en la evolución de las cosas.
* Si preguntamos por tiempos, es una carta dinámica, los proyectos están creciendo y pronto verán la luz, los inicios serán inmediatos.
* Si preguntamos por una persona será emprendedora, dinámica, con mucha necesidad de concretar, aunque a veces es demasiado dispersa y entusiasta, buen sentido estético, cálida.
* Como consejo la Emperatriz nos sugiere darle forma a nuestros proyectos, nutrirlos, hacer que vean la luz. También nos conecta con nuestra creatividad y capacidad de disfrute.Algunas combinaciones:
* Con El Diablo es la madre devoradora y manipuladora. No hay espacios para el diálogo ni para la propia individualidad, el amor es condicional.
* Con El Emperador representa la pareja "real" presente en mitos y cuentos de hadas, es una dupla ideal porque mientras ella aporta la creatividad el concreta, es un momento de plenitud, paz y armonía.
IV EL EMPERADOR
Padre Y Gobernante
Palabras Clave: Padre, Líder, La Ley, El Orden, Logros Materiales, La Palabra
Se corresponde con el número cuatro. Es el principio activo, masculino por excelencia, es quien ha venido a poner orden al jardín de la Emperatriz que si se la deja lo puede convertir en una selva.
En definitiva a buscar un lugar en el cual construir su imperio y lo va a proteger. Creará, inspirará, liderará y defenderá la civilización. Entramos ahora en el mundo civilizado del imperio conciente. Aparece el mundo patriarcal de la palabra creadora, donde se inicia la ley masculina del espíritu sobre la naturaleza.
Esta ley es la encarnación del Logos o principio racional, que es un aspecto del Padre. El ordena nuestros pensamientos y energías conectándonos con las energías prácticas. Es mucho más humano que la Emperatriz, más accesible a la conciencia. Se encuentra sentado, airoso, y relajado, con las piernas cruzadas, mostrando una visión de su perfil izquierdo, sólo un gobernador puede arriesgarse a mostrarse de ese modo. Este es un reino de paz, el no lleva espada. Su escudo lleva grabado el águila de oro. Es un guía práctico que conecta abiertamente con la humanidad y sus actividades. Para mantener esta idea lleva su casco, una protección para la cabeza, ese casco se repite la ornamentación de su escudo y de su trono, sostiene un cetro que es una esfera con forma de cruz en su mano derecha que es más grande que la mano izquierda, lo que sugiere que con su derecha ha empuñado la espada y ganado varias batallas. Su reino se ganó a base de lucha y esfuerzo. La lucha del hombre por la conciencia nunca es fácil.
Abandonar el mundo protegido de la madre para conquistar nuestra individualidad, asumir las responsabilidades de la adultez es duro.
Psicológicamente el papel del padre es arrancar al hijo de las garras de la madre y lanzarlo al mundo para que encuentre su lugar y siga su destino.
Jung dice que la madre es transformadora de la vida psíquica del niño, el padre lo conecta con el deber ser. El padre es quien nos pone límites, nos incita a construir, a conquistar nuestra independencia económica.
Aquí la figura del Emperador es algo más amplia ya que el es el padre de una comunidad, de un clan, de una nación. El Emperador guarda relación con la Emperatriz, es su pareja.
Esto significa que para ser un buen emperador también es necesario poder integrar lo femenino. El lado sombrío del Emperador, también representado por el águila como ave rapaz, tiene que ver con los abusos de poder, la tiranía, el autoritarismo, cuando el derecho divino a gobernar se corrompe y se transforma en el poder del ego.
El número cuatro representa la materia, la estabilidad al igual que la cruz del cetro. Simboliza la plenitud, el orden, la ley. Numerológicamente hablando marca el fin de ciclo y nos prepara para uno nuevo. En geometría es el rectángulo. Vivimos entre cuatro paredes porque nos dan sensación de seguridad y estabilidad.
El Emperador proporciona permanencia, estabilidad y perspectiva. Está ahí como la cabeza visible del estado y representa el principio del cual dependen la fertilidad y el bienestar del reino. Es el Logos, la palabra, en el principio era el Verbo, dice la Biblia. Luego el poder del Verbo pasa a manos de la humanidad. Las palabras son la base de cualquier sistema civilizado. Nos permiten expresar nuestras ideas, clasificar, separar, ordenar, transmitir nuestras experiencias a los demás.
El Emperador reina a través de la verdad, del Logos del pensamiento a diferencia de la Emperatriz que está conectada con el Eros y con el sentimiento. Para ella es hecho primordial es el hecho interior. En todos los trabajos creativos es útil llamar a estas dos poderosas figuras, pero nunca hay que hacerlo simultáneamente.
Por ej. durante lo que llamamos la fase creativa de la Emperatriz, cuando las imágenes y las ideas fluyen es mejor dejar al emperador apartado, luego más tarde podremos incluirlo para que nos ayude a dar forma a este proyecto.
El Emperador en la Interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del padre.
* Es una carta Yang, de concreciones materiales. Se corresponde con el elemento aire y tierra. Nos habla de un momento de autorrealización, en el que se están concretando cosas materiales, logros profesionales, que no serán pasajeros sino que lo que se está construyendo tiene aspiraciones de permanencia.
* Si hablamos de una persona será líder, pionera, organizada, con don de mando, emprendedora, ambiciosa, da la imagen de ser una persona segura, responsable, que inspira confianza.
* Combinada con cartas luminosas nos conecta con la necesidad de construir, de obtener logros materiales, nos organiza, nos proyecta al mundo, nos incita a buscar la seguridad.
Combinada con cartas oscuras o sombrías el lado patológico del Emperador surge. Abusos de poder, tiranía, es el padre que inhibe el desarrollo del hijo, provee pero quita libertad, o el que rivaliza con sus hijos, exige que sigan su ejemplo aún a costa de la felicidad del otro, excesivamente rígidos y prohibitivos.
También empecinamiento, impulsividad, dominio, perfeccionismo, rigidez, dureza, terquedad.
* Como consejo el Emperador nos sugiere que estructuremos, nos organicemos, construyamos pensando en el futuro.
* Es una carta dinámica en cuanto a los tiempos, pero quizás no de cumplimiento inmediato.
Algunas interpretaciones:
Con El Mago hay impulso, creatividad dirigida a proyectos ambiciosos y concretos. Con El Diablo la persona está totalmente tomada por sus ansias de poder, el fin justifica los medios, el poder utilizado para el propio beneficio, corrupción, está obsesionada con el lugar de poder que ocupa.
Con La Torre hay un impulso dirigido a romper con el orden establecido
V EL PAPA
Dios en la Tierra
Palabras Clave: Espiritualidad, Organización, Poder, Dogmas, Arbitraje, Contención, Guía, Liderazgo
En esta carta encontramos algo nuevo. Aparecen dos hombres arrodillados frente a la figura del Papa.
Su número, el cinco, representa la quintaesencia, esa cualidad que sólo conoce el hombre, porque trasciende los cuatro elementos presentes en la naturaleza.
El cinco entonces los sintetiza en el espíritu. Vemos en el Papa la búsqueda del hombre por lo trascendente, la necesidad de encontrar un sentido último a la existencia humana, el instinto religioso que lo distingue de los animales.
Para Jung la necesidad del hombre por esta búsqueda es aún más potente que el instinto de procreación. Es una figura poderosa tanto en el mundo simbólico como en el real. Su función es la de conectar al hombre con el mundo de lo trascendente y organizarlo de tal modo que sea accesible para él, espacio que hasta este momento se había alcanzado únicamente a través de la intuición que aportaba la Sacerdotisa. Se lo llama el rostro visible de Dios porque se dice que posee su mismo carisma.
Probablemente este arquetipo lo proyectemos en maestros, guías espirituales, predicadores, psicólogos, políticos, etc. La palabra Papa está relacionada con “pater”, “padre” así como el Emperador gobernaba el mundo material el Papa es la figura suprema de la Iglesia pero se ocupa de otras cuestiones, del crecimiento espiritual de los fieles.
Su nombre pontífice significa “puente”, es el nexo entre Dios y los Hombres. Sirve a aquellas personas que todavía no se han conectado con su propia divinidad y necesitan que alguien ordene, mediante un sistema normativo su conducta (dogmas), qué hay que hacer y qué evitar para que Dios se digne a escucharlos y a recibirlos en su reino en la hora de su muerte. Proyectan su propio poder personal para que alguien las ayude a comunicarse con su Dios y a reconectarse con su fe, en tiempos en que esta disminuye.
Él es el encargado de enjuiciar lo que está bien y lo que está mal y a la vez dar mucha contención. A diferencia de la Sacerdotisa que porta un libro y lo consulta, él no lleva ninguno porque su palabra es ley que deviene directamente de Dios.
Su poder es supremo sobre toda la humanidad. El Papa verbaliza y su mundo es racional. Los dos hombres que están arrodillados nos dan la espalda.
Para Jung cuando en un sueño aparecen gemelos significa que algo está aflorando a nuestra conciencia, los opuestos están emergiendo pero todavía pertenecen al reino del inconsciente. No afrontan los conflictos por sí mismos sino que se dirigen al Papa en busca de consejo.
El Papa para ellos representa tanto la figura del padre como la de la madre, la "madre iglesia" que da consuelo y contención a sus fieles. Así se produce un diálogo entre el arquetipo y el hombre que se produce por primera vez.
La sombra de este arquetipo surge –como ocurre en otros casos- en el momento en que el hombre se deja tomar por él, así surgen los fanatismos, el seguimiento apasionado por causas que pasan a tener un protagonismo desmesurado en la vida del individuo, que ya no piensa por sí mismo, el creerse único portador de la verdad, la separación de aquellos que no se ajustan a sus mandatos y lo que es peor aún la persecución de aquellos que no la comparten. Lo colectivo prevalece por sobre lo individual.
En el Tarot Marsellés está sentado en un trono, lleva una tiara en su cabeza que representa los tres mundos y en una de sus manos lleva un cetro con el símbolo papal que a permanecido a través de las distintas generaciones, mientras que con la otra parecería que va a bendecir a los dos gemelos que se encuentran frente a él.
En El Tarot Junguiano el Papa también está sentado en un trono pero en una de sus manos tiene el mundo y el símbolo del hombre.
Desde el punto de vista psicológico el Papa encarna el arquetipo del Salvador porque el tipo de confrontación que sucede entre el ego y lo trascendente hace que la conciencia del hombre evolucione y se sobreponga a sus instintos.
En las crisis lo que más angustia produce en el hombre es no saber porqué se está inmerso en esa situación, cuál es el propósito.
Victor Frankl en su libro "El hombre en busca del sentido último" analiza este tema después de haber sobrevivido a los campos de concentración gracias al hecho de haberle encontrado un sentido a la vivencia por más horrorosa que haya sido. El Hierofante simboliza esa búsqueda que nos permite trascender y sobreponernos aún en los peores momentos.
El Hierofante en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del maestro.
* Es una carta Yang. Se corresponde con el elemento aire y fuego.
* Cuando conectamos con esta energía tomamos conciencia de nuestros propios errores, de nuestros "pecados".
Estamos en una etapa en la que necesitamos organizarnos, encontrar un sentido a nuestras actividades o deseos, ahondar en el significado más profundo de nuestra vida. Puede que también estemos interesados en desarrollarnos espiritualmente, replantear nuestros valores o encontrar contención a través de guiás que nos ayuden en ese propósito. Sin embargo, todavía estamos muy atados a lo tradicional, a los mandatos. Puede haber cierta rigidez porque eso da seguridad.
* Puede simbolizar casamientos, relaciones sociales.
* Si preguntamos por tiempos es una carta Yang, de concreciones, relativamente rápidas.
*Si preguntamos por una persona es alguien muy fuerte, poderoso, puede ser un guía, organizado, tradicional, interesado por lo social, protector, así como bendice también maldice. Su costado sombrío lo haría un ser dogmático, déspota, selectivo, fanático, rígido, excesivamente racional.
* Como consejo el Hierofante nos puede estar pidiendo que nos conectemos con el significado de lo que estamos viviendo, y en caso que lo necesitemos busquemos un guía, un maestro.
VI LOS ENAMORADOS
Decisión Crucial
Palabras Clave: Encrucijada – Decisión - Compromiso - Duda - Elección Libre - Parálisis - Momento Crítico - Triangulo
Encontramos en esta carta a un hombre joven en medio de dos mujeres. Por primera vez dejamos atrás las figuras imponentes que vimos hasta ahora para centrarnos en un problema netamente humano.
La imagen del protagonista es la de un hombre común que representa al “ego” que tiene la fuerza suficiente como para enfrentarse con los problemas de la vida.
No hay una figura de autoridad a la cual recurrir como ocurría con la carta del Sumo Sacerdote en la cual los dos figuras se inclinaban buscando respuestas.
Este hombre está solo a merced de su destino y sólo él deberá resolver su encrucijada. Se corresponde con el arquetipo del hombre original, que en el caso de Adán sufre la expulsión del paraíso y se siente "separado" de la totalidad.
Habíamos visto que el número tres según Pitágoras era el primer número con el que se podía conformar un triángulo (el tres se correspondía con la Emperatriz). Acá esa figura geométrica se hace carne, ya que en la carta encontramos un hombre y dos mujeres. Se podría decir que si ambas mujeres se hacen presentes en la vida de este hombre es porque él está “fascinado” con ambas, aunque es posible que cada una de ellas satisfaga diferentes necesidades.
En el Tarot Marsellés la mujer de la izquierda parece más vieja y posesiva ya que posa su mano en el hombro del joven como si ella supiera qué es lo mejor para él, mientras que la otra es joven y parecería que con su mano señala su corazón. Encima de los tres hay un ángel con una flecha que hace referencia a Cupido. Sin embargo, el ángel señala con su flecha a la mujer joven.
Esta carta se relaciona con el momento crucial en el que el protagonista del mito del héroe debe abandonar todo lo que hasta ese momento representó lo “materno” (el hogar, la comunidad, la protección, la seguridad, lo que le viene dado) para salir a la búsqueda de su verdadera esencia.
La mujer joven, su ánima, representa esa búsqueda. En muchos mitos la misión del héroe consiste en el rescate de la princesa con quien se une en matrimonio, esta misma idea la encontramos en las bodas alquímicas.
El amor es en realidad aquello que nos moviliza hacia el encuentro con nuestra individualidad. Y es por eso que decimos que la elección que se plantea se debe hacer desde el corazón, no ya desde lo establecido, lo que “debe ser” sino desde lo que se siente.
El ángel está señalando esa mujer que es quien va a romper con la armonía existente hasta ese entonces y va a generar este conflicto, porque es quien va a llevar al joven enamorado a encontrarse con un aspecto suyo hasta ahora inexplorado, va a unirse a él a través de ella y por ende a estar más completo.
El ángel está con la mujer porque la vida siempre se pone del lado de la evolución y el crecimiento. Esto no hace reflexionar acerca de nuestra libertad.
¿Se podría decir que somos libres cuando nos enamoramos? ¿No estamos acaso sometidos a una fuerza que no controlamos?
La expresión inglesa "fall in love" (enamorarse) parece contestar la pregunta: fall es caer, caer en el amor.
¿Encontramos al amor cuando lo buscamos o la vida con sus misterios se encarga de poner en nuestro camino a esa persona que ya "conocemos" aunque la veamos por primera vez porque hace eco de nuestra pareja interior?
Platón llamó a Eros “el deseo y la persecución de la totalidad”. A través del amor sentimos la “totalidad”, la aparente superación de la separatidad de la que habla Fromm.
Un error que podría cometer el joven es creer que es la mujer como ente externo quien va a proveerle de esa experiencia de totalidad, esto es una ficción, un resabio del amor incondicional de lo materno que aún resuena en nuestra alma.
Esto no sería crecimiento, ni verdadera unión con su ánima, ni compromiso, ni elección hecha con el corazón, sino intercambio de una situación por otra más atractiva que seguramente volverá a repetirse nuevamente cuando el joven encuentre un nuevo amor que vuelva a recrear la promesa del paraíso perdido.
No se trata de romper con la madre porque sí y de cualquier manera ya que los aspectos negados de nuestra psiquis o no integrados correctamente luego nos perseguirán, se trata de pegar el salto para luego vincularse con lo materno desde un lugar diferente, desde la adultez.
El amor nos da vida porque nos hace crecer pero nos conecta también con la muerte, vida-muerte son las dos caras de una misma moneda, ya que el amor nos transforma, es iniciático.
Todo pasaje genera incertidumbre, algo deberá morir para luego renacer, y es natural entonces que nuestro personaje dude, lo asaltan los temores ya que lo desconocido lo aterra y lo fascina a la vez.
¿Quién ganará esta contienda? El no quiere perder nada porque ambas mujeres lo completan, con las dos lo tiene todo y paradójicamente en ese afán por estar pleno e íntegro se siente infelizmente dividido, paralizado, incompleto. Este hombre busca la totalidad y esa búsqueda es legítima y natural en el ser humano, pero lo que todavía no ha entendido es que mientras la siga buscando en el afuera, mientras siga proyectando sus valiosos poderes en esas dos mujeres no habrá unión posible.
Para llegar a ser un hombre este joven debe librarse de la atracción regresiva de regresar a cualquier útero que quiera contenerlo y avanzar hacia lo que le dicte su corazón. Podemos ver cómo este arquetipo actúa en la vida cotidiana, a través de los triángulos amorosos en los que un hombre se ve desgarrado entre su familia y la nueva mujer que aparece y lo fascina, en el donjuanismo mediante el cual la persona busca encontrar esa totalidad en las múltiples conquistas sólo para terminar concluyendo que “nadie” cumple con sus expectativas y poder así continuar nadando en las aguas uterinas, mientras se aleja cada vez más de su ánima.
Al número seis Pitágoras lo llamó el primer número perfecto. Es un número de consumación, el universo fue creado por el Dios del Antiguo Testamento en seis días. Marca un ciclo completo y es la antesala para un nuevo comienzo. Encontramos también el símbolo de la estrella de seis puntas que está conformada por dos triángulos: el del fuego, y el del agua, cielo y tierra, macrocosmos, microcosmos.
En el Tarot Junguiano hay una figura central con dos figuras a los costados que llevan los brazos cruzados como símbolo de inacción. La figura central lleva un talismán como protección el que también es un mandala. En los extremos de la carta están el sol y la luna, el primero como símbolo de la individualidad y la segunda como representativa de lo regresivo, lo conciente y el inconsciente, los opuestos siempre presentes. En el mandala hay un pez que señala hacia la derecha y simboliza emerger de las aguas uterinas para hacer conciente lo inconsciente.
El Joven Enamorado en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del primer hombre (Adán).
* Cuando hablamos de un estado determinado decimos que la persona está en un momento de toma de decisiones, está sola frente a la responsabilidad de elección, se tiene que hacer cargo de las consecuencias de sus actos.
Es un momento crucial de mucho crecimiento, la vida le pide que se juegue, que se ponga en actividad, que elija libremente y con el corazón. Si la pregunta es sobre una pareja, es un momento de crisis, se podría decir que hay porqué luchar pero falta entrega o puede haber terceras personas que perjudiquen.
* Si nos referimos a cómo es la persona estamos frente a alguien no realizado, todavía apegado a mandatos, seguridades. Obviamente es una persona infantil, regresiva. Es alguien que duda constantemente porque no quiere renunciar a nada, siente miedo al futuro, no se compromete.
* En principio es una carta pasiva pero que incita a actuar. Si nos referimos a los tiempos la situación está detenida, paralizada, pero pronto se pondrá en acción si alguien da el primer paso y actúa. Cuando eso se de se abrirán nuevas alternativas.
* El consejo de esta carta es que nos arriesguemos y nos comprometamos con nuestros sentimientos.
Algunas Combinaciones:
Con El Carro la persona se movilizó, decidió, optó por seguir su propio camino. Si estamos frente a una crisis de pareja puede que la persona quiera partir, estar sola, abrirse a nuevas experiencias.
Si en cambio aparece La Estrella la pareja quiere proyectarse hacia el futuro.
Con La Luna está muy atada a lo familiar, a los mandatos, tiene mucho miedo de actuar y de elegir, eso la paraliza, no sabe qué hacer.
VII EL CARRO
Palabras Clave: Viaje – Camino - Experiencias - Voluntad – Conciencia – Vitalidad -Poder Personal – Ego – Empuje – Movimiento – Actividad – Confianza – Fe – Equilibrio – Dominio – Control – Temeridad – Héroe - Guerrero - Partida - Riesgo - Optimismo"El sí mismo usa la psique individual como medio de transporte. El hombre es conducido por así decirlo, a través del camino de la individuación".
Carl Jung luego de la parálisis causada por la encrucijada que habíamos experimentado en el arcano anterior, correspondiente al Joven Enamorado "El Carro" nos viene a proponer movimiento, flexibilidad, acción. Este personaje parece haber resuelto el conflicto del arcano anterior, su actitud es totalmente diferente, parece saber qué quiere y adonde se dirige.
Está ya en camino. Encontramos dos conceptos que vale la pena analizar: carro y viaje.
Dice Sallie Nichols "el carro es un vehículo de poder y conquista desde el cual el héroe puede marchar hacia la vida para explorar sus propias potencialidades y examinar sus propias limitaciones".
En la antigüedad los carros eran utilizados por los guerreros a la hora de sus conquistas. Sin embargo, si bien todos estamos llamados a subirnos a nuestro propio carro, este no es para cualquier hombre, es para el superhombre de Nietzsche que trasciende al ser de la masa, el que tiene la fuerza de un león y la inocencia de un niño para realizar el viaje.
Simbólicamente, el carro tiene poderes celestiales. En la Kabala es el carruaje con el que los creyentes ascienden hacia Dios donde el alma humana se une al alma del mundo. Así conecta al hombre con los dioses.
El carro está tirado por dos caballos que representan los dos aspectos masculino y femenino, lo espiritual y lo material, esto significa que los instintos están dirigidos pero no son negados sino integrados.
En el Tarot Marsellés el héroe no lleva las riendas o sea que se necesita un poder enorme para dirigirlos sin tocarlas.
El carro es un símbolo ideal para describir el poder conductor de la psique, ya que esta última es un proceso, siendo el movimiento su esencia.
¿En qué consiste este viaje? ¿Hacia dónde nos lleva este carro?
El viaje es interno y personal. En un sentido psicológico el carro está diseñado para "llevarnos a casa". El viaje exterior es un símbolo de nuestro viaje hacia el interior que nos conduce al auto descubrimiento. Como todo viaje tenemos la posibilidad de nuevos conocimientos aunque nos expongamos a la desorientación y a la incertidumbre, pero nos da la oportunidad de interactuar con nuestro entorno y de esa manera de encontrarnos a nosotros mismos. Es el viaje del guerrero, el arquetipo del héroe por excelencia. En la epopeya irlandesa el carro triunfal era el vehículo normal del guerrero o del héroe. ¿Por qué? Porque únicamente los hombres que hayan superado el imán de lo regresivo, de los mandatos, de la necesidad de seguridades en definitiva falsas, quienes hayan despertado, quienes estén VIVOS, con todo lo que implica estarlo (asumir riesgos, crecer, evolucionar, ser uno mismo) pueden subirse a su propio carro y conquistar el centro de su ser, lo único que permanece. La satisfacción del guerrero consiste en regocijarse no sólo con la conquista final sino con el desafío en sí mismo, pero cuidado porque ser temerario y enamorarse de la adrenalina del movimiento puede ser peligroso. Este viaje requiere fuerza, poder, coraje, sabiduría y equilibrio para que el carro no se tumbe. Estos son sus requisitos. El viaje siempre es a conciencia, podremos no saber adónde finalmente nos conducirá porque la vida nos abre puertas constantemente, pero sabemos que estamos en camino, conocemos cuál es nuestra meta, que nos estamos preparando para un nuevo ciclo en nuestra vida, una etapa que tendrá el sello de nuestro verdadero ser. También en el viaje podemos encontrar trampas y tentaciones que aparecerán en el camino y nos distraerán de nuestras metas. A veces puede ocurrir que uno se pierda, seducido por las promesas del pasado o por las "golosinas" que nos ofrece el mundo, así como Ulises en su viaje de regreso a Itaca, queda atrapado por Circe durante años, pero siempre que uno recupere su conciencia puede volver al camino y volver a empezar. El viaje que emprendamos necesita que quien lo realice esté despierto, conciente de su transformación interior, el falso viaje es aquel que sólo se queda en lo externo o el que se realiza a través de las drogas o cualquier otra cosa que nos evada.
El verdadero carro nos conduce a la libertad nunca hacia la esclavitud.¿Qué podemos decir del conductor del carro en el tarot? Es un personaje real por nacimiento, con poderes y privilegios especiales, su corona lo conecta con la iluminación. Aquí aparece a escala humana, es joven, estamos frente a un ego joven que está dando los primeros pasos en este camino hacia el self, trae nuevas energías y nuevas ideas. También podría significar que todas esas figuras grandilocuentes como el Emperador y el Hierofante han sido introyectados. Ahora el héroe puede ser él mismo y confiar en sus decisiones, sin proyectarse en los demás, ser él mismo El Emperador y el Sumo Sacerdote de su propia vida.
En el Tarot Junguiano el personaje atraviesa con el carro los cuatro elementos que están presentes en la carta y sale victorioso, el mandala del frente del vehículo tiene un mandala con doce radios que simbolizan los doce signos del zodíaco, lleva la corona en sus manos junto con una serpiente, lo que significa que es importante controlar el ego, los impulsos, hay que ser un buen conductor, en especial astuto y sabio, para que el carro se mantenga en el camino. Algo habíamos adelantado respecto de la cautela que es necesario tener para poder manejar este carro y cómo la imprudencia puede hacer que este viaje nos conduzca hacia nuestra desgracia. La sombra del carro es el engrandecimiento, la "hybris", la soberbia, el creer que luego de haber vencido a los instintos nada nos detendrá ni vencerá, que ya hemos ganado todas las batallas cuando en realidad recién estamos comenzando. Cuando Faetón robó el carro de su padre Apolo y lo condujo sin control por el cielo a pesar de sus advertencias fue derribado, arrojado a las aguas y ahogado.
El número siete representa el destino y la transformación. En el génesis hay siete actos de creación, siete son los Chakras principales, el siete es un numero conclusivo no es raro entonces que el Carro nos marque el inicio de una nueva era. El viaje siempre es una aventura que nos transforma. Paradójicamente aunque nos sintamos muy lejos de "casa", solos, a la deriva, esta partida es el principio del retorno al "hogar" de nuestro espíritu.
El carro en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del héroe. Se relaciona con los elementos aire y fuego.
* Es una carta Yang, de concreciones. Cambia su significado si está acompañada por cartas Ying. El Carro junto con El Colgado podría mostrarnos a alguien que ya está en condiciones de avanzar y se auto flagela, todavía hay situaciones que lo atan. Junto con el Diablo podría estar hablándonos del falso viaje, de alguien excesivamente impetuoso, temerario, ambicioso, "aplasta" a los demás, hará todo lo que sea para salir airoso de una situación.
* La persona está atravesando un estado de mucha actividad. Es una carta que representa una iniciación. Hay ligereza, rapidez, mucha energía.
* Si hablamos de características personales estaremos frente a una persona activa, muy independiente, muy conciente de sus talentos, con mucho poder personal, cuyo desafío sería no excederse y creerse omnipotente, ser más conciente de sus límites.
* Partidas, traslados y movimientos, viajes cortos por tierra.* Se ponen en juego las habilidades de la persona.
* Si hablamos de trabajo es independiente.
* Implica progreso y éxito.
* Hay relaciones con el mundo social que abren posibilidades, gente nueva, nuevos conocimientos, nuevas habilidades.
* Es una carta de concreción por lo tanto si preguntamos por el tiempo en el que va a resolverse una situación estamos ante una solución inminente. Los tiempos son ágiles.
* Como consejo el Carro nos pide que nos pongamos en camino y confiemos en nosotros mismos, que nos preparemos para abrirnos a nuevos conocimientos y experiencias.
VIII LA JUSTICIA
Humana o Divina?
Palabras Clave: Reparación – Compensación – Equilibrio – Racionalidad – Ecuanimidad – Imparcialidad – Armonía – Mediación – Inteligencia –Realidad – Limites
Podemos ordenar al Tarot en tres dimensiones:
La primera hilera va desde el Mago hasta el Carro (corresponde al reino de los dioses, aquí todas las figuras parecen sobrehumanas y gigantes, a excepción del joven enamorado y del carro que ya nos están mostrando su humanidad).
La segunda hilera empieza con la Fuerza y termina con La Templanza (y es el reino del equilibrio, de la realidad terrestre y de la conciencia del ego, se corresponde con el reino de los hombres).
La tercera hilera empieza con el Diablo y termina con el Mundo (y es el reino de la Iluminación o Autorrealización).
Esta segunda hilera que comienza con la Justicia es la mediadora entre las otras dos dimensiones:
- La Justicia es necesaria para equilibrar las potencialidades del Mago y del Diablo.
- El coraje (La Fuerza) nos ayuda a aliarnos a nuestra parte instintiva para atravesar los momentos oscuros de nuestra vida (La Luna) a la vez que nos sirve para construirla sobre bases sólidas (El Emperador).
- La Templanza nos “templa” para que manejemos El Carro de tal forma que nos conduzca nuestra consagración (El Mundo).
- El encuentro con nuestra sabiduría (El Ermitaño) nos ayuda a gestar (La Sacerdotisa) los cambios necesarios para realizar aquellas reformas que nos lleven a nuestra propia evolución (La Torre).
- La conciencia que nos da el entender que la vida es una Rueda nos da la esperanza (La Estrella) para soportar las dificultades, sanar nuestras heridas y esperar los frutos que nuevamente nos brindará la Madre Tierra (La Emperatriz).
- La Muerte nos ayuda a terminar con la dualidad y nos prepara para renacer a una nueva vida (El Juicio). - En tiempos de sacrificios y situaciones paralizantes
- El hierofante es el guía que nos puede ayudar a comprender, aceptar, y encontrarnos con nosotros mismos para recomenzar (El Sol).
El arcano anterior a la Justicia es el Carro. Habíamos visto que luego de la indecisión, el miedo a crecer y las dudas que atormentaban al Joven Enamorado nuestro héroe había tomado las riendas de su propia vida, se había subido a su carro y ya se encontraba en camino. Habíamos dicho también que este era un viaje peligroso, lleno de aventuras, en el cual el héroe debía tener un gran autodominio para manejarlo y evitar accidentes o distracciones, o confundirse y optar por el “falso viaje”, pero por sobre todo debía evitar caer en la trampa de la hybris.
A este arcano le sucede la Justicia. El héroe es un adulto o está en vías de serlo, y ahora ya no estarán sus padres para hacerse responsables de sus actos, él deberá hacerse cargo de su vida por entero, de sus acciones y de sus omisiones. En las legislaciones actuales un niño no es legalmente responsable, pero un adulto plenamente capaz y en el uso de sus facultades mentales sí lo es.
La Justicia actúa como un contrapeso que viene a bajarle la velocidad al Carro, y advertirle al héroe que si atropella al otro, si causa un daño, si se daña a sí mismo, si altera de algún modo el equilibrio existente, deberá responder por eso.
Si lo pensamos en términos colectivos ella es la aliada de su par El Emperador, mientras este crea la civilización, el estado, que se basa en la dimensión axiológica y espiritual que aporta el Hierofante,
La Justicia colabora con aquel en lo que se refiere al ordenamiento del caos. El Poder Judicial en la división de poderes de un estado de derecho es quien aplica la ley e imparte justicia, lo que no implica que las leyes del estado y su interpretación a cargo de los jueces sean "justas", para aquellos que entienden que la Justicia es un valor relativo y no absoluto.
La Justicia es parte del aprendizaje del héroe, nuestro camino es individual pero no estamos solos, vivimos en sociedad y para que esa convivencia sea lo más pacífica y armoniosa posible deben respetarse ciertas reglas de conducta que son propias de cada comunidad.
Dejamos atrás el Joven Enamorado que tenía problemas con la entrega, ahora la Justicia nos enseña que los pactos deben ser cumplidos, y que el héroe debe asumir sus compromisos. Todos apelamos a la Justicia cuando nos sentimos dañados por alguien, hemos sido despojados de algo que era valioso para nosotros.
Perseguimos lo que es “justo” pero ¿sabemos qué es la justicia?
Un reconocido jurista romano, profesor de derecho de la antigüedad llamado Ulpiano decía que se hacía justicia cuando se daba a cada uno lo suyo, pero ¿qué es lo que nos corresponde?
En la actualidad recurrimos a los jueces que son quienes imparten “justicia” cuando queremos que las cosas vuelvan a su estado anterior, o al menos perseguimos una compensación en el caso que hayamos perdido algo.
Llegamos entonces a dos conceptos fundamentales de justicia: el equilibrio y la reparación.
Un hacer o un dejar de hacer ha producido un desequilibrio que se traduce en un daño y entonces yo que he sido perjudicada quiero que alguien restaure lo dañado.
¿Es posible volver al estado anterior? Si descubro que mi socio me roba aún cuando me devuelva lo robado ¿puedo volver a tener la misma confianza?
Los jueces intentan compensar el daño material y moral ocasionado, pero puede el dinero aliviar el dolor de la pérdida de un ser querido, puede hacerle olvidar a la víctima su vejación? No, por eso es una compensación y no una restauración completa, lo que sucedió no tiene retorno.
¿Nos satisface la justicia de los hombres aún en el caso que el juez falle a nuestro favor? ¿Alcanza? ¿Nos hacemos responsables del conflicto o le echamos la culpa al otro? ¿Somos objetivos a la hora de apreciar lo justo o pensamos que la justicia se hace presente sólo si se termina haciendo lo que nosotros queremos?
Y entonces llegamos a otro concepto de justicia la “responsabilidad”. Acordémonos que el héroe se tenía que hacer cargo de su vida.
Es el protagonista de su propia película. Cuando asumimos una postura adversaria frente a un conflicto que llevamos a la justicia y negamos nuestra participación en el hecho, nos sentimos “víctimas” retrocedemos al estado anterior, al reino de los dioses, nos sometemos a sus fuerzas, no somos dueños de nuestro destino y así nos quedamos paralizados, como el Joven Enamorado, tomados por su arquetipo que responsabiliza a las mujeres de ser tal cosa o de no ser tal otra mientras ignora que en él radica el conflicto. No puede haber Justicia sin responsabilidad.
Afortunadamente, desde hace algunas décadas en el mundo y aproximadamente diez años en nuestro país la mediación es un proceso mediante el cual se puede apreciar más de cerca este concepto de responsabilidad.
En una instancia de mediación las que deciden son las partes, el mediador es un tercero neutral, ajeno al conflicto, pero no es un juez que va a decidir por ellas. En este proceso el mediador intentará que las partes entiendan que ambas han co-construido el conflicto y que así como han contribuido a generarlo también podrán crear una solución que satisfaga mejor sus intereses.
Según Aristóteles la justicia es una virtud que implica castigo y equilibrio, los dos símbolos de la carta número ocho del tarot; la espada y la balanza.
En la carta la justicia está sentada en un trono, inmóvil. El trono resalta su importancia, la superioridad del principio femenino. Si bien su función exaltada es la razón, (función masculina) como veremos más adelante, cabe destacar que es una mujer.
En ella se reúnen los opuestos, juzgar es una actividad masculina teñida por la profundidad y la complejidad de lo femenino. Mira hacia el frente, está posicionada en el aquí y ahora, en el momento presente, el desequilibrio se produjo en el pasado pero no tiene sentido apegarse a él, la reparación debe llegar hoy.
Algunas veces lleva los ojos vendados porque ella no se pierde en los detalles ni se deja seducir por las apariencias, su visión es interior. En una mano sostiene una espada que apunta al cielo, esto nos remite a la justicia en concordancia con el espíritu.
Podemos preguntarnos ¿existe la justicia divina? Si la justicia humana falla, o es tan lenta que no repara, o no me deja satisfecha puedo apelar a la divina?
La espada que apunta al cielo nos está diciendo que en definitiva si escapamos a la justicia humana no escaparemos a la divina, creamos o no en Dios, no podemos negar que la naturaleza misma busca su propio equilibrio.
Cuando una persona pierde un órgano los demás se agudizan. La espada también sirve para separar, discernir, al igual que la mente. Esto nos indica que la justicia es sustancialmente racional, lo que no quiere decir dejar de comprender la dimensión de lo humano en su totalidad ni tampoco dejar de considerarlo.
La Justicia es imparcial y para serlo debe juzgar de acuerdo a criterios objetivos no a subjetividades. Si bien la espada está fija también la podemos relacionar con la lucha, obtener justicia no es sencillo, lleva aparejado cierta pelea, de hecho los conflictos a veces llegan a convertirse en verdaderas guerras.
La espada también se relaciona con la posibilidad de cortar. San Miguel Arcángel lleva en sus manos una espada con la que vence al demonio. La espada sirve para discriminar y también para cortar con las fantasías infantiles, lo patológico, lo que ya no nos sirve.
El concepto de castigo me parece más adecuado dejarlo para el ámbito de la justicia humana. Sin embargo, nuestra Constitución prescribe que las cárceles serán para la re-socialización de los reclusos y no para su castigo.
¿La justicia implica castigo? A veces suele confundirse justicia con venganza. En este caso estamos frente a la sombra de la justicia. El lado luminoso de la espada es la inteligencia, pero su sombra es la utilización de esa inteligencia para fines ilegítimos:
la manipulación, la traición, los prejuicios, la condena, el excesivo cálculo, la especulación, el dogmatismo, la severidad.
Estamos tan dolidos, nos sentimos tan avasallados, que gritamos “Castigo para los culpables” cuando no alzamos la espada y hacemos justicia por mano propia, olvidándonos que la justicia también sostiene una balanza.
Aquel que dañó y puso en riesgo a los demás miembros de la sociedad debe ser apartado hasta que él se “restaure” y pueda volver a ser digno de vivir con los demás.
El otro símbolo de la Justicia es la balanza. Los dos platillos son parte de un todo, lo que los conecta es la balanza, esos platillos simbolizan los dos opuestos en perfecto equilibrio: mente – sentimiento (aire-agua); intuición - percepción (fuego-tierra).
A diferencia de la espada la balanza es móvil lo que nos sugiere la relatividad de la experiencia humana y la necesidad de sopesar cada actuación individual como un hecho único.
La antigua diosa Maat, la diosa egipcia de la justicia, la verdad y la ley pesaba las almas de los muertos para determinar su suerte en el mundo inferior. Colocaba una pluma (símbolo del aire) en uno de los platillos y el corazón del muerto en el otro, si el corazón pesaba más que la pluma no podían ingresar. Su trabajo era agudo y sutil.
El número ocho que corresponde a la Justicia es un número kármico. Las líneas horizontales y verticales de la balanza y la espada juntas forman la cruz del progreso espiritual contra la limitación humana, así como también la lucha entre el idealismo y el sentido práctico, la cruz en la que nos encontramos todos clavados y por medio de la cual la Justicia se convierte en la mediadora.
Dice Sallie Nichols que en momentos de tensión en los que estamos dominados por las emociones es bueno recordar la balanza y conectarse con la energía de la justicia. En otras barajas del tarot se representaba el costado venusino, bello, de la Justicia. El símbolo de Libra es la balanza. No olvidemos que la justicia también persigue la conciliación de los opuestos y la armonía en nuestro interior y por ende en nuestro trato con los demás.
En mi opinión la justicia verdadera es aquella que satisface, que conforma, que alivia, y la mejor manera de lograrlo es conciliar con el otro, colaborar para que juntos podamos encontrar la solución más favorable a los dos, crear valor, en ese sentido LA JUSTICIA es nuestra mejor aliada.
La Justicia en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del castigo y la reparación.
* Es una carta Yang. Implica mucha conciencia.
* Favorece todo lo relacionado con lo legal: juicios, contratos, documentos.
* La persona se encuentra en un momento en que puede tomar decisiones inteligentes y equilibradas, está sopesando distintas alternativas, tiene agudizada su mente, está ordenando su vida, viendo qué le sirve y qué no, tratando de ser justa con ella y con su entorno.
* Tiempo de siembra.
* Acompañada por cartas oscuras puede estar obsesionada con la búsqueda de la justicia a cualquier precio, quiere venganza, destruir al otro, no se hace cargo de nada, especula, lastima, se hace la víctima, es severa, cruel, dogmática, se siente con derecho a juzgar a los demás de acuerdo a sus criterios.
* Si hablamos de características personales es madura, ecuánime, misericordiosa, conciliadora, equilibrada, es inteligente, comprende las leyes de este mundo y de la vida en general, se hace responsable por sus actos, tiene criterio.
* Si hablamos de tiempos dependerá de las cartas con las que esté acompañada.
* Como consejo la justicia nos propone buscar nuestro propio equilibrio, no dejarnos llevar por las pasiones, ser imparciales, conciliadores.
IX EL ERMITAÑO
Elogio De La Soledad
Palabras Clave: Silencio, Introspección, Iluminación, Anciano Sabio, Luz Interior, Oración, Retiro, Paz, Soledad, Tiempo
Lao Tsé en el Tao Te King nos dice que “las cosas son relativas, ... por eso el sabio rechaza todo exceso, desecha todo lujo y evita la complacencia”.
La sabiduría se relaciona con el desapego por aquello que no permanece, que está destinado a desaparecer a diferencia de nuestra esencia.
Según Jung representa el Ermitaño el arquetipo del espíritu, el sentido oculto preexistente al caos de la vida. Se diferencia del Papa porque no está entronizado como portavoz y árbitro de las leyes generales.
Se diferencia de la Justicia porque no lleva ninguna balanza. No viene a hablarnos de dogmas, ni a juzgar ni a restaurar el equilibrio, viene para “religarnos”, lograr que encontremos nuestro camino hacia nuestro interior.
A diferencia del Carro que era una energía Yang, que nos impulsaba a salir al mundo para crecer, experimentar para luego ir hacia adentro, este fraile también está en camino, él es un peregrino, aunque no está escudriñando nuevos horizontes como el héroe de nuestro vehículo.
“El sabio – dice Lao Tsé – sin salir sabe todo, sin ver conoce, sin actuar logra todo”. Aparenta estar muy conectado con su tiempo presente y estar en paz. Su energía es Ying. La lámpara que lleva en sus manos es símbolo de introspección y de iluminación personal, no ya colectiva ni tampoco reservada a seres canonizados, todos estamos llamados a ser Buda.
Su llama está protegida porque él sabe que debe iluminar y no cegar. El fuego descontrolado puede ser desastroso. En los mitos cuando el héroe ya ha escuchado la “llamada” a la aventura y se encuentra en pleno camino aparecen los ayudantes mágicos que le darán pócimas o le develarán secretos que luego utilizará en el momento oportuno.
Uno de esos personajes es el Anciano o la Anciana Sabia. En esa instancia el héroe no alcanza a comprender el mensaje o a tomar conciencia de la utilidad de lo recibido, sin embargo lo escucha para más tarde comprobar que ha sido prudente seguir los consejos del sabio.
Cuántas veces en nuestra vida la voz de nuestro sabio interno nos aconseja y no lo escuchamos, estamos demasiado ocupados y luego comprobamos que de haber seguido su consejo habríamos evitado un daño. Demasiado ocupados en un mundo en el que a pesar de las múltiples actividades que tengamos cuando apagamos las luces de nuestros dormitorios nos sentimos vacíos.
Sin embargo, aunque pongamos la radio más fuerte y recorramos el planeta en busca de nuevas sensaciones no podemos escapar a nuestra naturaleza humana.
Según Jung la apremiante necesidad de encontrar un significado es el motor primario que hace nacer todos los aspectos de la psique, incluyendo la conciencia del ego. No podemos vivir en plenitud si negamos nuestra necesidad de encontrarle un sentido a las cosas.
El Ermitaño nos propone encontrar ese sentido a través de la lámpara propia. Hay momentos en la vida en los que necesitamos encontrar nuestra verdad, para eso se requiere que hagamos silencio, tengamos fe y los recursos para aprovechar este tránsito.
Si no nos encontramos maduros no podremos entender el mensaje del Ermitaño. Como en todos los casos lo peligroso es dejarse tomar por el arquetipo. Los hábitos del moje pacífico pueden convertirse en uniformes de guerra, o en gestos grandilocuentes provenientes de gurúes que conducen a la masa a suicidios colectivos.
También su sombra es el ser huraño, soberbio, el que se aísla del mundo y no se hace cargo de sus responsabilidades terrenales y permanece en un estado de depresión, como si fuera un vegetal. Separados de nuestro Dios interior podemos caer en la tentación de creer encontrar a Dios en lugares en donde gobierna el diablo.
El nos enseña el arte de la soledad, estado que nos permite separarnos de la masa para conectar con nuestra individualidad. La soledad no está bien vista en nuestros días. Pareciera que el “solitario” está incompleto, algún problema tendrá porque se separa del resto, es “raro”.
Los otros, los que sí se agrupan, los que siguen las últimas tendencias de la moda, los que no se cuestionan las costumbres, se sienten amenazados por estos “solitarios”, ellos les recuerdan el silencio, el vacío, el bosque inconmensurable al que no quieren entrar.
Paradójicamente la palabra “soledad” se relaciona etimológicamente con la palabra “sol” que simboliza unidad, individualidad, luz, plenitud.
El arte de la individuación es un paraje solitario en el que luego podremos tender puentes hacia los demás, aquel que se auto-realiza se separa para luego unirse auténticamente. No hay vínculo posible con otro si estoy separada de mí misma, de mis potencialidades, de mis temores, de mi oscuridad.
Sin embargo ¿podemos afirmar con certeza que “todas” las personas que están unidas lo están íntimamente, desde sus corazones, o simplemente están “amontonadas” porque eso las exime de encontrarse con sus propios demonios?
En un mundo que gira a toda velocidad el Ermitaño nos habla de un tiempo de paciencia y calma. Decíamos anteriormente que el Ermitaño era una energía conectada con el presente, yo lo relaciono con los monjes zen, estando “presente”, “aquí y ahora” aún realizando las tareas más simples podemos meditar, vivir la intensidad de ese momento que es en definitiva lo único que poseemos: el pasado ya se fue el futuro todavía no nos pertenece.
La sabiduría también se relaciona con la aceptación del tiempo circular y no lineal (en algunas barajas antiguas se lo dibuja con un reloj de arena en sus manos). Hay un tiempo para cada cosa, una época para sembrar y otra para cosechar, la vida es un proceso, un viaje.
El Ermitaño lo sabe como conoce también la volatilidad del tiempo, pero lejos de resentirse por esta lo aprovecha al máximo, se vuelve creativo, se transforma. Sin embargo, a pesar de que el Ermitaño se nos presente como un viejo esto no significa que la sabiduría esté relacionada con una edad cronológica, no nos volvemos indefectiblemente más sabios cuando crecemos en edad, puede haber gente joven que sea más sabia que muchos ancianos.
En las ciudades en donde todo está invadido por los sonidos el Ermitaño nos recuerda el valor del silencio. Cuando nos silenciamos la mente es como una radio enloquecida que se niega dejar de transmitirnos sus voces, muchas son las técnicas de meditación que se desarrollaron en Oriente en el conocimiento de esta dificultad y en la creencia de que la única manera de encontrar nuestro centro es a través de ese silencio al que los occidentales tanto queremos evitar.
Así corriendo de un lado para el otro, hablando con otro en un bar en el que la televisión y la radio están encendidas al mismo tiempo, sin habernos conectado con nuestro anciano sabio pretendemos “escuchar” al otro.
Aún cuando parezcan antisociales a los ojos de la masa los períodos de soledad permiten que uno vuelva a la comunidad con ideas nuevas y creativas que pueden provocar un cambio beneficioso para ella.
¿Qué puede suceder entonces si no atendemos el llamado del Ermitaño a la introversión? Dice Sallie Nichols que puede traer como consecuencia una soledad forzada que ocasione una gran depresión o una enfermedad mental.
El Ermitaño puede darnos la paz que necesitamos en medio del caos que es la vida moderna, pero lejos de darnos la transitoria calma de un spa, nos ayuda a producir en nuestro interior una verdadera transformación, así estaremos preparados para los cambios que se avecinan y que veremos luego en la Rueda de la Fortuna.
El Ermitaño en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo del anciano sabio.
* Es una carta Ying. Hay conciencia.
* Cuando uno conecta con este estado necesita volver a creer. La persona está sumida en la búsqueda de su ser, está apartada de la sociedad o se siente sola, está reflexionando.
* Si hablamos de tiempos son lentos. Se requiere paciencia.
* Si hablamos de una persona estamos frente a un sabio, no se deja seducir por las promesas del mundo, se siente bien consigo mismo, valora la soledad pero también es solidario con los demás.
* Junto con cartas sombrías surge el costado oscuro del Ermitaño, con la Luna la persona probablemente se sienta deprimida a tal punto que se ha retirado totalmente de la sociedad, se siente "perseguida".
Junto con el Diablo, el sabio que crea dependencia o destrucción. Es el típico gurú que somete y puede llevar a la destrucción con su fanatismo (suicidios colectivos, estafas, etc.)
* Como consejo nos propone no actuar, pensar, reflexionar, apartarnos de la situación, conectarnos con nosotros mismos, tomarnos un tiempo, estar solos.
X LA RUEDA DE LA FORTUNA
Lo Único Permanente Es El Cambio
Palabras Clave: Oportunidad - Destino / Libre Albedrío - Movimiento - Azar – Cambio
"Todo va, todo vuelve; gira eternamente la rueda del ser ... Tortuoso es el sendero de la eternidad" Niestzche
Este estado de pasividad y reflexión con el que nos conectaba El Ermitaño y cuyo objetivo era la búsqueda de la propia sabiduría no podía durar para siempre.
Como habrán observado el camino del tarot es un sistema de pesos y contrapesos, frecuentemente las cartas Ying van precedidas por cartas más activas, lo que alude a lo cíclico, con esto resumimos un poco el título de nuestro arcano de hoy.
En la vida cotidiana la rueda es fundamental y esto es algo que comprobamos a diario, en la antigüedad surge para facilitar la vida del hombre:
Sirve para que sus construcciones se puedan hacer en menos tiempo y con menos esfuerzo, puede trasladarse él mismo y así interactuar con el entorno que lo rodea. El simbolismo de la rueda es rico en las distintas culturas. Simboliza los ciclos, las repeticiones, las renovaciones.
Es un símbolo solar en la mayor parte de las tradiciones, también se revela como un símbolo del mundo, siendo el centro inmóvil el principio del que emana el movimiento, el remolino incesante de la manifestación.
La rueda que el Buda pone en movimiento es la “rueda de la ley”, la ley del destino humano. La “rueda de la existencia” del budismo tibetano está basada en la idea de las mutaciones incesantes, representa la sucesión de los múltiples estados del ser cuyo movimiento cesa cuando se alcanza la iluminación.
Ruedas son también los Chakras, centros energéticos por donde atraviesa la corriente del kundalini. La rueda es sinónimo de revelación divina, en el libro de Ezequiel se hace referencia a una rueda con constelaciones de ojos, como está dibujado el arcano del tarot junguiano, en donde vemos a una mujer sosteniendo una rueda rodeada en sus bordes por ojos y en cuyo centro hay un hombre.
Esta alegoría de estrellas-ojos tiende a expresar la omnisciencia y la omnipresencia de la divinidad, nada se escapa a la mirada de Dios.
Para Jung los rosetones de las catedrales representan al sí mismo, la unidad en la totalidad, es un mandala.
Es la rueda de los nacimientos y las muertes, en el plano humano la inestabilidad permanente. Podemos concluir diciendo que la rueda se inscribe en el marco general de los símbolos de emanación-retorno que expresan la evolución del universo y del ser humano.
Con respecto al arcano Hajo Banzhaf en su libro “El tarot y el viaje del héroe” nos dice que este arcano suele interpretarse de forma superficial, que se lo toma en forma literal ya que se lo suele relacionar con el azar, la providencia, él prefiere asociarlo a la “tarea” que todos debemos realizar en nuestra vida.
Sin embargo, no es que el concepto de azar sea incorrecto, sino insuficiente. La rueda nos confronta con uno de los grandes dilemas de la humanidad: destino o libre albedrío.
En la antigüedad estaba muy arraigado el concepto de “destino”, por ejemplo, la astrología antigua hablaba de planetas maléficos y benéficos, el hombre estaba atado a un hado del que no podía escapar.
Con el advenimiento de la psicología hoy la astrología ya no es determinista como lo era en otro tiempo. Si bien somos un microcosmos que formamos parte de un macrocosmos y estamos “sintonizados” con la propuesta energética de la configuración planetaria con la que hemos nacido, este conjunto de potencialidades que adquirimos se desarrollará o no en la medida que nosotros lo decidamos.
El hombre no es víctima de sus dioses sino que como recipiente de la divinidad puede caminar junto a ellos, aprovechar sus dones y construir su propio destino. En ese sentido se puede comprender lo que nos dice Banzhaf cuando interpreta que la rueda simboliza nuestras tareas en la vida, pero más que la misión la rueda nos recuerda que somos la expresión de una totalidad y que esa singularidad es la que en definitiva nos va a permitir desarrollar nuestra “tarea” en la vida.
Sallie Nichols nos dice que la rueda nos permite entender que los acontecimientos de nuestra vida no suceden repentinamente sino que son parte de un proceso.
Aún cuando la aparición de ciertas situaciones nos tomen por sorpresa, desprevenidos, nada de lo que sucede en nuestras vidas es totalmente ajeno.
Según Jung aquellos aspectos de nuestra psiquis que nos negamos a desarrollar o expresar los encontramos proyectados en el afuera y llegan a nosotros como “destino”. De modo que el hombre no es la víctima del universo ni del mundo, sino que es co-creador de su propia realidad. Es cierto que no podemos librarnos del “destino” de pisar esta tierra y de vivir de acuerdo a las leyes de la naturaleza pero sí podemos anticiparnos a sus ritmos, conocer qué nos pide la vida en determinado momento, evitar desastres causados por nuestros propios instintos. Cuánto más concientes estemos, más despiertos, seremos nosotros quienes tengamos el control de la rueda, evitando así nuestra propia destrucción.
“No somos de ninguna manera moscas atrapadas en la red del destino. Dentro de los confines de la rueda hay un amplio campo de actuación para el movimiento.
En el Tarot Marsellés encontramos una rueda mantenida en el aire por un aparejo a la cual se cuelgan dos animales, mientras que una esfinge coronada de oro y halada sostiene una espada, está sentada sobre un zócalo en la parte superior de la rueda. Esta rueda tiene seis radios una manivela que la hace girar. A la izquierda de la rueda se cuelga un mono con la cabeza hacia abajo y medio cuerpo escondido, a la derecha hay un perro con un collar que le ciñe las orejas y que parece subir hacia la esfinge. Se ha interpretado que estos animales son Hermanubis, el genio del bien y Tifón el genio del mal, de la destrucción y la desintegración.
En esta imagen volvemos a ver el concepto de los opuestos: luz y sombra. Vimos estos dos opuestos en los sacerdotes que escuchaban al Hierofante, en los caballos del Carro y en los platillos de la Justicia.
Dice Sallie Nichols que el hecho de que estén vestidas significa que esas fuerzas se encuentran parcialmente civilizadas. La criatura que se encuentra en la cima de la rueda se asemeja a una Esfinge, representativa del lado oscuro de la Emperatriz, la madre devoradora, la misma esfinge que – en el mito de Edipo- interrogaba a todos los que entraban a Tebas y los mataba cuando no adivinaban el acertijo. Como decíamos cuando analizábamos el símbolo de la rueda este arcano es un sistema de fuerzas y su esencia es el movimiento.
La vida es un proceso, un sistema de constante transformación que incluye integración y desintegración, generación y degeneración. Nada existe separado de la totalidad, todo se manifiesta y todo muere en forma simultánea.
Dice Nichols que meditar acerca del movimiento perpetuo de la rueda nos puede ayudar a experimentar la simultaneidad de los opuestos por más irreconciliables que estos parezcan. Hay muchos opuestos simbolizados en la rueda: movimiento – estabilidad; trascendencia – intrascendencia, lo temporal y lo eterno.
El centro de la rueda representa la ley universal, lo arquetípico mientras que el borde exterior es la vida humana, lo efímero. El centro expresa la plenitud indiferenciada del puro ser cuya esencia es inmutable e imperecedera mientras que el borde ofrece modificaciones, experiencias, movimientos.
A diferencia del 0 del loco la rueda no está vacía, ya que este estado indiferenciado del loco correspondía al estadío previo a la creación y a la dualidad sobreviniente.
Con respecto a su número diez notamos que su número remite al uno y a la vez contiene el 0, lo que anuncia un nuevo ciclo, una nueva toma de conciencia para el hombre que lejos de temer a sus dioses puede comunicarse con ellos, dejar de sentirse solo, acercarse a sus misterios.
La Rueda en la interpretación:
* Se corresponde con el arquetipo de la madre que tiene en sus manos el poder sobre la vida del hombre, tanto para favorecer como para mandar desgracias. Vemos reflejado este arquetipo en las tres Parcas griegas que cortan el hilo de la vida de los mortales, deciden quién vive y quién muere.
* En principio es una carta Yang aunque dependerá de las cartas con las que vaya acompañada.
* La persona está atravesando un momento de mucho cambio, las situaciones toman un giro de 180°, en principio el cambio es favorable, pero habrá que ver con qué cartas aparece acompañada.
* Con respecto a los tiempos hablamos de inmediatez, en especial si va acompañada por el Carro.
* Si nos referimos a las características personales estaremos frente a seres “talentosos, osados, seductores, vitales e inteligentes, mal aspectados: ciclotímicos, ególatras, caprichosos y destructivos” dice Roberto Torres en su libro “El horóscopo del tarot”.
* Como consejo la Rueda nos incita a dejarnos llevar por el cambio de las circunstancias y aprovechar la oportunidad que se nos presenta, así como aparece repentinamente también desaparece si es que no la vemos o la capitalizamos.
XI LA FUERZA
Pasión Y Ternura
Palabras Clave: Instinto - Libido - Pasión - Moderación - Calma - Dulzura - Deseo – Orgullo
Nos hemos preguntado alguna vez, ¿de dónde surge esa energía que en situaciones límite nos permite hacer cosas impensables?. Qué hace que una madre resista noches enteras sin dormir al lado de la cama de su hijo enfermo, cómo es posible que en el momento en que debemos ayudar a alguien nos venga a la mente aquel curso de primeros auxilios que hicimos hace muchísimos años y que creíamos no recordar. ¿Y por qué alguien frente al comentario de otro reacciona ferozmente dejándose llevar por ese impulso que puede terminar ocasionando mucho daño?
Dice Robert Wang que fue Freud quien propuso la palabra latina libido, que significa fuerte deseo, o lujuria como un término descriptivo de lo que se entiende por “instinto sexual, usualmente dirigido a un objeto externo". Jung, sin embargo, viéndolo con una mirada filosófica más amplia, llamó libido a una energía psíquica general. Debemos considerar, él dijo, “cada esfuerzo, cada deseo, incluido el hambre y el instinto como fenómenos de energía iguales”. Jung formuló la equivalencia entre la libido y lo que Shopenhauer dijo: "la voluntad es una cosa en sí misma, sin sujeto ni objeto”. Encontramos entonces dos conceptos básicos de la carta de la Fuerza: libido y voluntad. Si bien podríamos decir que la voluntad, el coraje, son características típicas de lo masculino, propias de héroes y guerreros, la carta de la Fuerza nos propone una figura de mujer. Estamos frente a otra versión del arquetipo de lo femenino.
Habíamos visto dos caras distintas de lo femenino, la Suma Sacerdotisa que era su aspecto Ying y la Emperatriz que era su aspecto Yang, el germen y lo fructificado. También habíamos dicho que primera la hilera de arcanos se correspondía con el reino de los dioses, dicho en otras palabras, como aquellos representantes del inconsciente colectivo. Sin embargo, en el Joven Enamorado nos encontrábamos con el primer drama humano. Podemos decir que La Fuerza es la cara femenina del Joven Enamorado, es el arquetipo de lo femenino (el anima) encarnado en lo individual, y por ende más cercano a la experiencia humana. Acá ya no estamos nadando en las aguas inconscientes de la Suma Sacerdotisa, aquí nos encontramos por primera vez con la pasión humana. Pero esta pasión es “actuada” por la suavidad de lo femenino. Estamos frente a una mujer vestida con ropas acordes a su época, que nos hace verla como culta y refinada. En el tarot marsellés lleva un sombrero que nos recuerda al del Mago, ya que como él esta mujer tiene sus propios poderes, aunque no lleva una varita mágica, su poder reside en sus manos, con ellas sostiene las fauces del león, su magia es más humana, directa y personal. El héroe (el Joven Enamorado) sigue el camino de su corazón y se sube al propio Carro, se hace responsable de las consecuencias de sus actos a través de los dictados de la Justicia, se vuelve un Ermitaño, reflexiona en soledad y escucha a su sabio interno, luego entiende que en la vida todo es cíclico, y que la falta de conexión con nuestros instintos puede ser catastrófica. Ahora le toca aprender cómo realizar esa conexión. Estamos viendo que no será utilizando la fuerza entendida en términos masculinos sino todo lo contrario. Dice Sallie Nichols que “con su ayuda el héroe se dará cuenta de las fuerzas instintivas que lleva adentro. Aprenderá a sacrificar los poderes del ego a otro tipo de fuerza. Su conducta masculina se modificará mediante un acercamiento hacia lo femenino. Esta nueva forma de funcionar, lejos de resultar afeminada es muy poderosa”. En otras cartas del tarot también habíamos visto animales. En el loco el héroe se paseaba junto a un perro en el caso del tarot marsellés, luego en la Rueda de la Fortuna aparecían monos vestidos con ropas humanas, aquí nos encontramos nada más y nada menos que con un león, como dice S. N. “una bestia demasiado salvaje para que el héroe le haga frente y demasiado peligrosa para que la ignore”. Pero este acercamiento a las fuerzas del inconsciente no debe hacerse frontalmente sino indirectamente a través de la mediación del ánima tal como hace Beatriz cuando guía a Dante en el infierno y en tantas otras historias, mitos, leyendas. La mujer (el ánima) es la mediadora entre el ego y el sí mismo del héroe. En la “Bella y la Bestia” por ejemplo, vemos que cuando la mujer aprende a amar y aceptar el aspecto inconsciente del héroe consumido por su bestia interna, aquel que en un principio le causaba rechazo, este no sólo se libera sino que se transforma y recupera su poder personal. Tal como Hércules que una vez que vence al león de Nemea en una caverna (que simboliza el inconsciente) se vuelve invencible cuando se pone su piel sobre su cabeza. Para citar algo más contemporáneo en los comics el héroe y el villano poseen atributos de animales, en realidad tienen una mitad humana y una mitad animal. Ambos comparten un pasado de dolor, pero mientras que el héroe ha podido curar las heridas de su animal interno y ha sabido aprovechar sus potencialidades a su favor, el villano se queda atrapado en el dolor, en el resentimiento, en el enojo de su bestia que sólo busca destruir.
La dama de la Fuerza se encuentra detrás del león, no está de frente aunque su relación con el no deja de ser directa, ella sabe entender la naturaleza instintiva del león, ella sabrá alimentarlo cuando aquel lo necesite, ya que de no hacerlo el poder de los instintos desenfrenados, el arrebato de las pasiones, el exceso de ego, podría resultar destructivo. Así como en la historia de la “Bella y la Bestia” esa última se volvía más rabiosa cada vez que la bella lo rechazaba de ese modo se vuelven más poderosos e indomables nuestros instintos. Y esto podría terminar causándonos una enfermedad psicosomática, ya que toda esa libido contenida, puede acabar manifestándose en el cuerpo físico, de alguna manera el león encontrará la forma de pegar el zarpazo y se liberará.
O quizás seremos los protagonistas de un hecho violento que no pudimos evitar ... ¿Qué no pudimos evitar? Sin embargo, hacer que nuestro león se sienta cómodo, amado, que esté sano y bien alimentado no significa desatarlo cada vez que se nos antoja. No se trata de la cantidad de control sino de su calidad.
Aniela Jafé distingue al hombre primitivo del hombre contemporáneo en su relación con sus propios instintos: “Los peligros que atemorizan al hombre civilizado son los instintos suprimidos o lesionados; los peligros que atemorizaban al hombre primitivo eran los impulsos desenfrenados.
En ambos casos el “animal” se ve alienado de su naturaleza verdadera y para ambos la aceptación de su alma animal es la condición para la plenitud y vivencia total es la condición para su plenitud y vivencia total de la vida. El hombre civilizado debe cuidar al animal que lleva adentro haciéndose su amigo”.
Dice Sallie Nichols que hay un debate acerca de qué está haciendo la dama con sus manos, si está abriendo o cerrando las mandíbulas del león. Quizás intencionalmente se haya permitido esta ambigüedad. Hay momentos en los que el león necesita gritar, rugir y otros en los que debe callar y aprender paciencia y moderación. También se pregunta “¿La carta titulada La Fuerza se refiere a la dama o al león?
Quizás a ambos – contesta – pues cada una de ellas es una figura muy poderosa: su fuerza procede del compromiso mutuo. La dama se compromete a cuidarlo y el león a ser su más leal defensor. Esto implica que cuando somos capaces de integrar nuestra "sombra", nuestros aspectos oscuros en lugar de negarlos descubrimos esas potencialidades dormidas y los ponemos a nuestro servicio.
Podremos utilizar las garras del león cuando realmente lo necesitemos. Volviendo al símbolo del león este se vincula con el poderío y la soberanía, este es un animal solar. También simboliza la justicia y la sabiduría como los leones del trono de Salomón. Los hindúes consideran a los leones superiores a los hombres porque el león es símbolo de reencarnación. Los animales salvajes en general dice Jung son símbolos de autorrealización porque son fieles a su naturaleza instintiva, la cual es pura e incorruptible.
Especialmente el león, con su corona y barba dorada es símbolo del poder de la psique, su sol central, el sí mismo. En el tarot junguiano encontramos a una mujer, también detrás de un león rojo. El color rojo del león ha devenido tradicional en el tarot por la referencia alquímica del siglo XVI con relación al “león rojo”, en el proceso de convertir el plomo en oro. En la iconografía occidental el rojo es también el color del pecado, el escarlata es el color del la Gran Prostituta de Babilonia y su bestia. Como en la carta de la Suma Sacerdotisa las velas flotan en las aguas de la conciencia. Estas forman un triángulo de luz que es el aspecto femenino de la estrella de seis puntas. La cueva oscura desde la cual las aguas fluyen adentro y afuera representan el canal entre la mente consciente y inconsciente. Aquí también posa su mano en la cabeza de un león. Su función, como la Hija Virginal, es la de ser la domadora de la energía sexual que deviene del Joven Enamorado. Como todas las figuras femeninas en el tarot, ella es un principio organizativo. Más aún, en términos junguianos, esta carta describe la profunda interacción de los costados masculinos y femeninos de Mercurius (la Prima Materia) como ellos se expresan así mismos en la manifestación. Vemos aquí el aspecto inconsciente de la carta. Sin embargo, S. N. nos dice que tenemos un camino que nos permite tomar contacto con el animal que llevamos dentro y ese camino son los sueños. “Quizás nuestra alma animal herida y perdida viene a nuestro encuentro buscando ayuda”. Seamos tiernos ... La Fuerza en la interpretación: Simboliza el arquetipo de la Mujer Original (Eva), la Hija (Core). Se asocia al elemento fuego. Como todo arquetipo es bipolar siendo su aspecto luminoso el coraje, la lealtad, la vitalidad, el entusiasmo, la pasión y su aspecto oscuro el orgullo, la impulsividad, la furia, la violencia, la soberbia, los excesos.
En una situación podemos decir que los instintos están a prueba. El dejarlos circular nos conecta con la creatividad y la libertad. Es una carta inconsciente.
Con cartas oscuras en especial que significan parálisis como el Colgado o La Luna la persona puede estar vulnerable a enfermedades psicosomáticas. Con respecto a las características de una persona según Roberto Torres esta será: fuerte, coherente, reservada, persuasiva, astuta, valiente, paciente, y veraz. Mal aspectada: testaruda, bestial, impulsiva e incoherente. Con respecto a los tiempos en principio es una carta relativamente dinámica aunque no de cumplimiento inmediato, dependerá de las cartas con las que vaya acompañada. Como consejo la Fuerza nos propone conectarnos con nuestros instintos y potencialidades, tener coraje para asumir lo que tengamos que asumir, ser leales con nosotros mismos, conectarnos con nuestro ser, defender y luchar por nuestros deseos. Liberar nuestra creatividad y cualquier otro talento dormido. Apasionarnos, volver a reencontrarnos con nuestra energía y poder personal y ponerlo a nuestro servicio.
XII EL COLGADO
EL COLGADO: LA MUERTE SIMBOLICA
PALABRAS CLAVE: SACRIFICIO – PARÁLISIS – ILUMINACIÓN – PRUEBAS – RITO DE PASAJE – INICIACIÓN – DESCONCIERTO – TRAICION
“El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener ojos nuevos” Marcel Proust En este camino hemos visto que nuestro héroe incorporó a su conciencia las figuras imponentes de los primeros arcanos que se corresponden con los dioses, o sea con el mundo del inconsciente colectivo, se decidió a abandonar su comodidad, se subió a su propio carro, aprendió a lograr su propio equilibrio y a responsabilizarse por sus actos, y dominó su bestia interna, a tal punto que la convirtió en su aliada. En la última carta – la Fuerza – habíamos visto a un héroe con su vitalidad renovada, lleno de coraje y de energía. Pero habíamos dicho que se necesitaba una gran dosis de dulzura, calma y entendimiento para domar a esa bestia, y que tanto si la ignorábamos como si la maltratábamos cual animal de circo, esta se nos iba a revelar. Así mismo como en la carta del Carro este arcano nos advertía del peligro de alimentar a la bestia con emociones y excesos y engrandecerla aún más, los peligros del ego de los que tanto hemos hablado se nos hacían presentes nuevamente, como una advertencia en esta carta. Pareciera que si esta lección no ha sido aprendida aún, en la experiencia del Colgado el aprendizaje se vuelve indispensable ya que la carta número trece La Muerte irrumpirá llevándose todo aquello a lo que nos apegamos y hay que abandonar. El Colgado viene a poner un freno a ese orgullo desmedido tal como en su momento lo hizo la Justicia frente al desenfreno del Carro y nos prepara para la próxima carta, la Muerte. Cuando estamos frente a esta carta nos produce una sensación extraña. En el tarot marsellés vemos a un hombre atado por uno de sus pies a un patíbulo entre las ramas de dos árboles (símbolo de lo materno) con la cabeza hacia abajo, con las manos en su espalda aparentemente atadas también y con una de sus piernas haciendo un cuatro (símbolo de la materia, es el numero del Emperador). Los árboles crecen al borde de un precipicio, un barranco. A pesar de que su postura es incómoda no se lo ve sufriendo, su cara está sonriente. Sin embargo, el solo imaginarnos a nosotros mismos en esa situación nos produce impotencia. En la antigüedad, ser colgado por los talones y ser golpeado (generalmente hasta la muerte) era un castigo inflingido a los caballeros culpables de mentir, de cobardía, o deserción. Vemos también que su cabeza se encuentra casi sumergida en la tierra, que simboliza la materia. Finalmente podemos concluir que está en un estado de regresión. El árbol truncado representa a la madre, el colgado está encerrado en una especie de ataúd, está suspendido entre dos polos gemelos: muerte y nacimiento.
Dice Robert Wang que cualquiera sean los orígenes del Colgado, es una carta a la que se le han relacionado algunas ideas profundas, el S. XIX los oculistas ingleses y franceses fueron los primeros en sugerir que la carta podría representa una condición de autosacrificio que conduce al conocimiento directo de la vida y la muerte. Como fue enseñado por una fraternidad ocultista: el Colgado es sacrificio – la sumisión de lo elevado en lo inferior para finalmente sublimarlo. Es el descenso del espíritu en la materia, la encarnación de dios en el hombre, la sumisión a los huesos de la materia que hace que lo material deba ser trascendido y transmutado.
¿Cuál es el propósito que subyace a esta sumisión? ¿Quién ha puesto a este hombre boca abajo, se ha sometido él mismo a esta situación o ha sido el destino? El arquetipo con el que nos encontramos en este caso es el del sacrificio. El sacrificio ha estado ligado a la humanidad desde siempre.
Dice Robert Wang que la historia de las religiones es la historia del sacrificio en distintos niveles. Embebida en cada cultura – desde la pagana hasta las más complejas sociedades industriales – subyace la idea que el sacrificio, de una forma u otra, es esencial para el progreso. En la antigüedad la ofrenda de la vida humana se hacía para apaciguar a los dioses y para persuadirlos de brindar buena fortuna. En todas las culturas, el sacrificio expresaba una relación entre lo individual y la conciencia colectiva (los dioses). En la sociedad moderna el arquetipo del sacrificio está presente aunque de manera diferente. Si bien algunas comunidades aborígenes fieles a sus tradiciones continúan haciendo sacrificios a sus dioses en las fiestas determinadas, el hombre urbano también hace los suyos (las promesas a sus dioses, santos que muchas veces se traducen en peregrinaciones a determinados sitios sagrados, etc). También podemos ver claramente este arquetipo cuando en una crisis provocada por un miembro del gobierno a este se le pide la renuncia o este sacrifica su puesto para evitar el oprobio popular, se exige un sacrificio en función de conservar el orden y el bienestar general, la idea del sacrificio genera alivio y la sensación de que es necesario para que las instituciones puedan seguir progresando. Se podría afirmar que la historia del sacrificio de la vida humana es la historia de la interpretación por las distintas culturas, del verdadero valor de la vida. Sin embargo, a los ojos del hombre occidental el sacrifico humano puede resultarle horrible y brutal. Los españoles se horrorizaron cuando conocieron los sacrificios humanos que efectuaban los aztecas, por ejemplo, sin hacerse cargo de que ellos decían evangelizar por el bien de los aborígenes, pero en realidad también mataban “en nombre de dios” con el propósito de enriquecerse. Por el contrario los aztecas ofrecían las vidas de los sacrificados a los dioses en favor de la comunidad y generalmente las víctimas lo eran por propia elección ya que ellos creían que iban a un mundo mejor. Ya hemos mencionado lo destructivo y peligroso que puede ser que una persona haga carne un arquetipo. En ese caso si lo que está en juego es el arquetipo del sacrifico estamos frente al mártir o al suicida. En algunas culturas el sacrificio de la propia vida era visto con buenos ojos. Dice Robert Wang que al principio el suicidio fue aceptable para la temprana sociedad cristiana – especialmente a principios del siglo IV - que incentivó el auto-sacrificio como un camino al martirio y por ende a la salvación eterna, concepto que luego se modificó considerándose a los suicidas los “mártires de Satán”. El suicidio también ha sido ensalzado en la Roma antigua así como también en China y Japón. En la India, el suicidio fue considerado un privilegio especial, un premio para los ascetas quienes han logrado perfección en esta vida. Desde que se creyó que los suicidas nunca retornaban a la tierra, al tomar su propia vida el hombre sagrado hacía terminar el ciclo del nacimiento y la muerte a la que todo hindú estaba condenado. En la era actual debido a la distinta valoración de la vida humana el suicidio no tiene la misma significación.
Pero lejos de que una persona se quite la vida esta puede someterse a “castigos” por propia elección y en ese sentido decimos que está tomada por el arquetipo del sacrificio. En realidad se produce un desentendimiento del sentido del arquetipo. El arquetipo de la iniciación que está íntimamente ligado a aquel tiene que ver con la muerte simbólica de la personalidad, se trata de que la persona se conecte con “la muerte”, la comprenda pero de una manera inmaterial, se relaciona con la exfoliación de todo aquello que ya no podemos continuar cargando, y con el renacer a una nueva vida, el ciclo muerte-resurrección. Sin embargo, hay quienes se quedan en el primer estadio (la autoflagelación), interpretando el símbolo literalmente sin entender el verdadero significado. El sacrificio no es sólo atributo del hombre, sino también de los dioses.
Encontramos el sacrificio en la cruz del hijo de Dios, Cristo, y la del escandinavo dios Odín, generalmente llamado “El dios de los Ahorcados”. Odín cuelga voluntariamente nueve noches en el árbol “Guardián” llamado Yggdrasil, para aprender la sabiduría de la muerte. Después de nueve noches Odin vuelve de la muerte, renovado y retorna con el oráculo de las runas para entregárselo a la humanidad. Dice Robert Wang que el arquetipo de periódico auto-sacrificio de dios demuestra la renovación de la energía vital. Entonces, como una expresión arquetípica el “evento” del sacrificio de Cristo debe repetirse regularmente. El significado de esos mitos, para Jung, es que son arquetípicas descripciones del curso natural en la conciencia de cada persona. ¿Qué ocurre entonces cuando estamos en un momento en el que gobierna el Colgado? Por empezar la vida nos ha puesto un freno y por más que pataleemos e intentemos zafarnos más vamos a enredarnos.
Quizás el carro iba a mucha velocidad y ni siquiera nos dimos cuenta, fuimos incapaces de domar nuestra bestia interna y toda esa energía se convirtió en una enfermedad. Lo cierto es que estamos aquí suspendidos y con la cabeza dada vuelta. La vida nos obliga a mirar las cosas desde otra perspectiva, seguramente en esta posición podemos apreciar el mundo con otra mirada.
Probablemente la razón ya no nos sirva, de hecho la cabeza – como centro del pensamiento – se encuentra cerca del suelo en una posición casi humillante. Quizás a partir de este momento podamos conectarnos con la intuición. Nos sentimos impotentes y humillados, nada de lo que habíamos aprendido nos funciona. Pareciera que no vamos a tener otra alternativa más que descansar, abrir nuestra mente y aceptar. En estos momentos no debemos olvidar que si logramos “ser iniciados” por la vida, superar esta prueba, resurgiremos renacidos. Aunque nos sintamos morir nada va a ocurrir, la muerte es simbólica, aunque en esas noches oscuras sintamos como Jesucristo en la cruz que hemos sido abandonados por el padre. La clave es esperar, ser pacientes, dejar ir.
Los monjes budistas dedican toda su vida a alcanzar la iluminación. Sin embargo, el hombre occidental puede alcanzar la iluminación no como un estado único sino en ciertos momentos de su vida en los que comprende a la vida y por ende a la muerte, y con ese entendimiento aprende a ver su propia existencia y el mundo, desde una óptica diferente.
A partir de este momento en que “sacrificamos” nuestra individualidad, comprendemos que no estamos aislados, que somos parte de un cosmos, todo es maya, todo es ilusión, todo es existencia psicológica, todo muere y todo renace. Dice Sallie Nichols que a diferencia de los animales de la Rueda de la Fortuna que se encuentran sometidos a los vaivenes de la rueda de la vida, aquí el Colgado puede ahondar en el significado de la experiencia y capitalizarla. Continúa diciendo que “el estar colgado sobre el limbo es una posición llena de ambigüedades: por un lado cuelga uno precariamente sobre el abismo pero, visto desde otra perspectiva se le ha impedido caer al fondo del barranco”.
Y eso explica en parte porque nuestro personaje sonría aunque este estado no sea agradable, quizás aún no se haya conectado con la posibilidad de transformación de esta experiencia, pero cuando el Colgado se libere y dance libremente como en la carta del Mundo, se sentirá agradecido a la vida por esta oportunidad liberadora y transformadora.
En el tarot junguiano Robert Wang ha puesto énfasis en la serpiente, que está envuelta alrededor del cuerpo de la figura “colgada” en el espacio. Esto sirve para expresar la importancia de la serpiente (la energía kundalini) el enérgico aspecto de la libido en el proceso por el cual uno regresa, para usar términos junguianos, al inconsciente colectivo. En el tarot la serpiente es en definitiva la del Mago, es el ouroboros que toma su cola en su boca. La serpiente es de hecho, el instrumento del sacrificio: es a través de quien Adán y Eva son arrojados del paraíso, obligados a abandonarlo todo, iniciados a una nueva vida, en definitiva, liberados.
Esta idea que la transformación y la renovación sucede a través de la serpiente es un arquetipo que se encuentra a lo largo de la historia, y es quizás mejor expresado por el Kundalini Yoga.
Con respecto al número doce, el número del arcano del Colgado, dice Sallie Nichols que marca el tiempo de la vida humana que divide las horas diurnas de las nocturnas. También se corresponde con los doce signos del zodíaco, doce son los apóstoles de Jesús porque paradójicamente uno de los trece que eran originalmente – Judas – es quien lo traiciona y termina colgándose a sí mismo, El doce es un numero que simboliza la completitud, y nos prepara para la trascendencia del ciclo cumplido. Y quizás así iluminados por esta experiencia seamos capaces de recibir a la Muerte con una sonrisa. El Colgado en la interpretación: Se relaciona con el arquetipo del sacrificio. Es una carta Ying. Se relaciona con los elementos tierra y agua.
En principio puede ser una carta inconsciente pero si el tránsito es aprovechado conduce a una ampliación de la conciencia. La persona no tiene poder alguno para dar forma a su vida o controlar su destino. Se halla en manos de las circunstancias externas. Seguramente la persona que cae en este estado luche al principio por liberarse. Se siente engañado, impotente. Este trance parece inaceptable y humillante. Está soportando una especie de crucifixión. Esta situación es vivida como un castigo. Hay confusión. Es una prueba de paciencia que se asemeja a las utilizadas en los ritos de iniciación. Es tiempo de transición hacia una nueva vida. Los viejos modelos entran en crisis. La vida le pide a la persona que se detenga, el no hacer, el conectarse con uno mismo. Es un momento de reflexión. Si la persona no acepta este tránsito y se empieza a desesperar se genera mucha frustración. Se relaciona con estados depresivos, enfermedades, parálisis, ayunos, es un buen momento para purificar el cuerpo, también para encarar una terapia psicológica. Si hablamos de características personales podemos estar frente a una persona atada a complejos y mandatos, le cuesta actuar, puede ser un mártir, sacrifica sus deseos en función de algo mayor, puede ser un místico. Dice Roberto Torres en su libro que la personalidad del Colgado es: sacrificada, tesonera, humana, amable, introvertida, hogareña. Mal aspectada es confusa, insegura, sufrida, rumiante, testadura, dependiente, superficial.
El Colgado como consejo:
Esta experiencia requiere coraje y sacrificio. Acá está en juego la voluntad personal. Para sacarle provecho a esta situación lo que hay que hacer es indagar acerca del significado del acontecimiento y aceptarlo. El costado luminoso de esta carta es la iluminación de la conciencia y la liberación.
Es un período que bien aprovechado contribuye a nuestro crecimiento interior. Hay dos opciones: o nos enfermamos o meditamos sobre lo que nos está pasando. Es conveniente buscar un guía. Si hablamos de tiempo es un tiempo de espera. Se relaciona con los mitos de Cristo, Odín, Osiris
XIII LA MUERTE
LA MUERTE: TODO SE TRANSFORMA
PALABRAS CLAVE: DESTRUCCION - RENACIMIENTO - CRISIS - SOLEDAD - TRANSFORMACION – FERTILIDAD
La carta anterior nos enfrentaba con el arquetipo de la iniciación, a través del sacrificio de todo lo conocido hasta el momento nuestro héroe padecía una suerte de castigo e inmovilidad que le obligaba a detener su camino y reflexionar. Sin embargo ese estado no ha de durar para siempre y es seguido por el arcano número trece, La Muerte que trae consigo la destrucción de lo existente y la consecuente transformación de lo viejo en lo nuevo. El dibujo de la carta del tarot marsellés nos muestra a un esqueleto con una guadaña y a sus pies las cabezas y miembros de varios personajes, entre los que vemos a quien aparenta ser un rey. Dice Sallie Nichols que ese desmembramiento que sufre nuestro héroe está representado en la carta por las cabezas (ideas), puntos de vista (pies) y actividades (manos). Todo aspecto de la vida anterior ha sido triturado e incluso el principio guía representado por la cabeza del príncipe que era el conductor del arcano n° 7 El Carro. Sin embargo, nada se ha perdido, todo está a punto de renacer. La muerte es nada más que la otra cara de la vida. Dice Nichols que en muchas culturas primitivas todos los años se mata simbólicamente al rey desmembrándolo y comiéndolo ritualmente para asegurar fertilidad a las cosechas nuevas y a la revitalización del reino. Las iglesias cristianas conservan hoy esta idea en la comunión. La idea de la revitalización la encontramos en esta carta en los brotes que surgen de la tierra. Para Robert Wang la muerte es el tema principal de la filosofía y la religión porque los misterios de la muerte son los misterios de la vida.
La muerte es también una preocupación primaria en las investigaciones de Jung. Y a pesar de que sus comentarios en ese tema son de alguna manera eclipsados por sus postulados del inconsciente colectivo y de los arquetipos que habitan ese reino, sus conclusiones acerca de la naturaleza y significado de la muerte están entre sus más importantes contribuciones. Jung creía que las religiones idealmente servían al propósito de prepararlo a uno para la muerte, a pesar de que el expresó preocupación acerca de que ciertas formas de la actividad religiosa eran extremistas al establecer que el único valor real en la vida es la camino de entrada hacia la muerte. Las ideas acerca de la carta del tarot de la muerte han evolucionado significativamente desde las simples explicaciones de los artistas de la iglesia medieval cristiana.
Hoy la filosofía del tarot tiene mas en común con las religiones orientales que con el cristianismo. Además como arquetipo de la transición la muerte es descripta por un pasaje en los Uspanishads que dice que el árbol de samsara o el universo relativo, es caracterizado por una continua serie de nacimientos y muertes, sin comienzo ni final. La única manera de cortar esto es a través del conocimiento y la realización de la identidad del atman con Brahman. El Katha Uspanishad enseña que el reino de la muerte que trae la enfermedad y la vejez tiene poder solo sobre aquellos que están atrapados en el ciclo de la tierra. Aquellos que logran fusionarse con los opuestos no son mas sujetos de la muerte sino que experimentan la vida cósmica hasta el fin de ese ciclo, cuando son absorbidos a la pura conciencia. La unión de los opuestos es por supuesto lo que los místicos occidentales llaman la conjuntio, el matrimonio místico de los opuestos simbolizado por el sol y la luna, hombre y mujer, conciente e inconsciente. El medio para la ultima reunión de estos opuestos, y del escape del sufrimiento humano, es el tema principal de los misterios orientales y occidentales. La idea es muy claramente expresada por los gnósticos cristianos. En, por ejemplo, El Gospel de Philip, el autor valentiniano atribuye la muerte a la separación de Eva de Adán (del hombre original de la mujer original). “Si la mujer no se hubiese separado del hombre” el escribió, “ella no se hubiera muerto con el hombre. Su separación se convirtió en el comienzo de la muerte. A raíz de esto Cristo viene a reparar la separación y a reunir a los dos. Una particular influencia en las actitudes acerca de la muerte en el misticismo occidental fue la Kabalah que comenzó a atraer la curiosidad de los intelectuales en Occidente después de la expulsión de los judíos de España en 1492. Este kabalismo tardío de quien Isaac Luria fue el primer exponente, enfatizó la muerte y el renacimiento como un proceso de evolución, la trascendencia de lo que conduce a la unión con Dios. Yendo al ámbito de lo psicológico la sensación que uno tiene cuando se conecta con este arcano, es la de estar hecho pedazos, totalmente destruido y desorientado, todo está tirado por el suelo como si un inmenso huracán hubiese entrado en nuestras vidas sin previo aviso y no pudiésemos más que contemplar los despojos sin saber cómo seguir.
Nos sentimos llenos de terror y espanto. Todo nuestro mundo entra en crisis. La clave para superar este momento es recuperar el centro, en medio del cambio, tomarse un tiempo para acomodarse a esta transición, la muerte es una energía Ying que requiere tiempo para asimilar el proceso y poder ver con claridad.
En realidad lo que se juega en este momento, a lo que nos enfrenta la vida es al desapego, conocemos la pérdida y nuestro ego sufre. Decimos “mi” marido, mi casa, mi hijo ... como si nos pertenecieran y luego un día nos damos cuenta que nada es nuestro, o lo más duro aún es asumir que nunca lo ha sido, ni aún lo relativo a nuestro cuerpo nos pertenece. Cada muerte, cada duelo, cada pérdida nos prepara para nuestro viaje final. Sin embargo, es una idea difícil de aceptar, en especial para el hombre occidental. Nos cuesta aceptar los cambios y lo desconocido. Pero aunque "olvidemos" a la muerte ella no se olvida de nosotros. Es interesante como el esqueleto suele ser el símbolo de la muerte, ya que es en realidad lo que permanece aún después de la descomposición de la carne, aquello que nos identifica, lo más verdadero de nosotros mismos y según Nichols es símbolo de movimiento y a la vez de estabilidad, el marco sobre lo que todo lo demás se apoya, se mueve y funciona como una unidad y es también lo que permanece a través del tiempo. En realidad el esqueleto simboliza nuestro sí mismo, la verdadera esencia que permanece cuando todo lo demás se ha perdido. Según Jung quien no sabe morir no sabe vivir. Quienes han tenido un contacto directo con la muerte y han sobrevivido encuentran en sus vidas otros significados más profundos. A medida que uno entiende que aceptando la finitud de las experiencias y ejercitando el desapego que es en definitiva aceptar a la muerte como parte de nuestra realidad, puede uno comenzar a vivir más intensamente. Quien niega a la muerte niega la vida. El no fluir con la muerte simbólica es buscar la propia muerte, ya que la negación de la muerte como de cualquier otra cosa la traerá como destino. Si la tentación de no evolucionar, de resistirnos a los cambios, de permanecer como el arcano anterior, paralizados y colgados de estructuras perimidas, es demasiado fuerte entonces la muerte puede aparecer disfrazada de enfermedades, accidentes, actividades autodestructivas etc, el cambio llega aunque lo tratemos de evitar, lamentablemente aún cuando podamos ampliar nuestra perspectiva, puede ser ya tarde para modificar el rumbo de nuestra vida. En el tarot junguiano vemos a un esqueleto con su mortaja caminando por un puente que a medida que avanza se desmorona, a medida que la muerte se hace presente lo viejo muere, las viejas ideas caen, lleva una guadaña que corta y limpia el terreno, se asocia con el planeta Saturno. A lo lejos se ve un caballo que representa lo instintivo, todo aquello que nos genera apego, la mujer representa a la madre que contempla horrorizada a su hijo, La Muerte, la madre que da vida y a la vez también mata.
Así la Muerte ha pasado por nuestro camino, transformando el paisaje, y al héroe. Ya nada será igual, pero si él ha sabido asimilar la experiencia seguramente ahora podrá “vivir” con intensidad y se dejará fluir con el ángel de La Templanza – nuestro próximo arcano – en la recuperación de aquello que pueda ser recuperado, la sanación de las heridas y la revitalización de la conciencia. La Muerte en la interpretación: Se relaciona con el arquetipo de la transición. Es una carta Ying. Se relaciona con el elemento tierra. Puede ser una carta inconsciente dependiendo del estado de conciencia de quien vive el tránsito. En general es un estado que se impone y es inevitable. La actitud más negativa que podemos asumir es la resistencia. La muerte siempre es una presencia poderosa. Tal como ocurre en la carta de El Colgado la persona se halla en manos de las circunstancias externas. Sin embargo, la Muerte le da la posibilidad de trascender ese estado. La persona se siente destrozada, perdida, atemorizada. Se siente “morir”. Hay un proceso de cambio no deseado, la muerte se impone y pone a prueba nuestra habilidad constructiva, nuestra fortaleza, nuestra capacidad de autoconocimiento y evolución. Si hablamos de características personales podemos estar frente a una persona transformadora tanto de ella misma como de los demás. Según Roberto Torres en su libro “Horóscopo del Tarot” los seres nacidos bajo la influencia de este arcano son trascendentes, invencibles, revolucionarios, creativos, espirituales, pensadores, constructivos, enigmáticos y profundos. Mal aspectados destructivos, inoportunos, estériles, inescrupulosos, amorales y desmemoriados. La Muerte como consejo: Esta experiencia requiere dejarse abrazar por la experiencia de la muerte, sabiendo que no podemos escapar a este tránsito, sin perder el centro y una vez que esto pase aceptar el cambio de escenario. Hay dos opciones: o tomamos conciencia de nuestra finitud o nos dejamos vivir hasta nuestra muerte física, perdiéndonos la experiencia de la vida. Si hablamos de tiempo es un tiempo de espera. Se relaciona con el mito de Hades.
XIV LA TEMPLANZA
LA TEMPLANZA = EL ANGEL ALQUIMISTA
Palabras Clave: El Punto Justo – Moderación – Alquimia – Circulación – Fluidez – Calma – Destreza - Cautela - Confianza - Paz - Amor Universal
Cuando era chica mis padres solían decirme que todo tenía solución menos la muerte, y es cierto la muerte es inevitable, inexorable, y una vez instalada no tiene remedio. Sin embargo, esa era solamente una mirada que se quedaba en lo ya no existente, en lo que se perdió y nunca más va a regresar. Afortunadamente, al arcano numero trece le sucede la Templanza, quien va a realizar la magia de transformar lo muerto en una energía vital, quien va a demostrarnos que lo que tenemos por muerte no es más que un renacimiento, una transformación y finalmente nada se ha perdido realmente, simplemente ha tomado otra forma. ¿Quién es entonces este ángel que se nos aparece así? Ciertamente es una visión mucho más amorosa y agradable que la del esqueleto de la muerte que nos provocaba horror. Su sola imagen nos produce una sensación de paz. El tarot marsellés nos ofrece la figura de un ángel que intercambia agua a través de dos cántaros. La primera imagen que se nos representa tiene que ver con el signo de Acuario, simbolizado por el hombre que derrama el cántaro y lo vierte a favor de la humanidad. Acuario tiene que ver con la circulación de las ideas nuevas, que vienen a desplazar a las estructuras antiguas que se habían construido en Capricornio. Estamos frente a una energía colectiva más que individual, aquí nuestro héroe empieza a verse a sí mismo como parte de un todo que lo abarca y lo contiene. Dice Sallie Nichols que el Ángel de la Templanza es una figura crucial en la secuencia del tarot, ya que comprenderla nos va a permitir seguir avanzado en nuestro camino de evolución hacia los demás arcanos. Podemos pensar en mucha cantidad de opuestos que se encuentran en esta figura, el rojo y el azul simbolizando la carne y el espíritu, el Ying y el Yang, etc.
Sin embargo quien realiza esta alquimia no es ni siquiera una figura humana, es el ángel como energía mediadora quien con sumo cuidado y moderación va a proceder a mezclar el fuego con el agua y a producir esta nueva energía. Aquí no hay lugar para la participación del ego. “Desde siempre – dice Nichols – los ángeles han sido mensajeros alados del cielo, significando psicológicamente con ello que representan la experiencia interior de una naturaleza numinosa que conecta al hombre con el mundo arquetípico del inconsciente”. Estas son la visiones que se nos aparecen en nuestra vida en forma de sueños, corazonadas, frases, y que tienen por objetivo el guiarnos en el camino de nuestra evolución. Estas experiencias marcan giros cruciales en nuestras vidas. Sin embargo, el ángel de la templanza no hace estruendo, hace su trabajo cautelosamente pero con fuerte presencia, para demostrarnos que aunque hayamos estado demasiado ocupados en nuestros asuntos terrenales, o alimentando la tiranía de nuestro ego, el siempre ha estado ahí para nosotros. El angel viene a traernos un mensaje y cuánto lo necesitamos después de todo lo vivido en el arcano anterior: la muerte nos despedazó, nos despojó de lo que creíamos “nuestro”, nos dejó desolados, aturdidos, desesperanzados, totalmente a oscuras. Viene a restaurar lo que puede ser transformado. “Paciencia y fe” dice Nichols “Hay potencias que trabajan en el universo y ti mismo y que se encuentran más allá de la experiencia cotidiana. Cree en esas corrientes profundas de la vida y déjate arrastrar por ellas”. Este es el mensaje que nos trae. Un mensaje de esperanza, de paz, de amor y de sanación. La idea del infinito y de la unión de los opuestos se había hecho presente en el sombrero de El Mago y de La Fuerza, aquí se encarna en los dos recipientes por los que circula una nueva energía vivificante que comienza a fluir en otra dirección.
Dice Sallie Nichols que La Muerte nos enfrentaba con el tiempo, pero a la vez llevaba a nuestro héroe a una dimensión atemporal si es que podía enfrentarse a esta realidad, La Templanza establece una conexión entre el mundo temporal y el mundo de lo eterno, lo conecta con lo sagrado. De esta manera nunca más volverá a sentirse solo. En realidad la ayuda del ángel no es algo meramente simbólico sino que verdaderamente es necesaria su presencia para que el mundo del inconsciente y de la conciencia no se invadan y se sucedan hechos desafortunados. Templar significa buscar el punto justo, el equilibrio pero hace falta calma y paciencia para llegar a ese punto, además de destreza. Ciertamente no es fácil: no perder la calma en el mundo en que vivimos y por sobre todo confiar en lo que la vida se lleva y en lo que nos traerá. Mediante el tránsito de la muerte aprendimos a despojarnos, pero aunque haya sido una experiencia desgarradora este Arcano nos brindó su presencia amorosa. Nos propone entonces confiar, dejarnos sanar así cuando nos enfrentemos a nuestro próximo arcano El Diablo, El Enemigo, El Ángel Oscuro podamos contemplar su rostro sin temor y con todo el amor que aprehendimos hará que de tanta oscuridad pueda finalmente emerger mucha luz.
La Templanza en la interpretación:
Es una carta Ying, sin embargo estamos frente a una espera activa. Se relaciona con el elemento agua y con el elemento fuego. Es una carta consciente. La persona se encuentra en un estado de calma, se siente bien, plena, confiada, esperanzada, liberada, pero a la vez se encuentra realizando un trabajo interior de toma de conciencia, puede que se esté adaptando a situaciones diversas. Hay un buen manejo de la energía que fluye y no encuentra obstáculos en su camino. Es probable que este estado sea consecuencia de haber atravesado anteriormente una crisis. Acompañada por cartas inconscientes puede representar a una persona que se encuentra desbordada, descompensada, histérica, desequilibrada, o que reprime su propia energía. Si hablamos de características personales según Roberto Torres las personas conectadas con esta energía son: templados, solidarios, ecuánimes, moderados, auto controlados, equilibrados. Mal aspectados: desequilibrados, vengativos, discordantes, impacientes. Como consejo el Arcano nos propone no apresurarnos ni actuar por impulso, dejarnos fluir. En términos de resolución es una carta lenta.
XV EL DIABLO
EL DIABLO= EL ANGEL OSCURO
Palabras Clave: Oscuridad – Sombra – Pasión – Esclavitud – Ataduras – Obsesión – Autodestrucción – Negación – Luz – Confusión – Seducción – Magnetismo
¿Es el diablo ese ser espantoso que hemos visto en películas de terror? ¿Será ese personaje que nos tienta, nos arrastra al “pecado” del que tanto hemos escuchado hablar y al que se le ha echado la culpa de casi todo? Las religiones monoteístas hablan de dios y del diablo, como dos fuerzas antagónicas, ¿es que habrá un Boca-River también en el mundo espiritual? ¿Dios será tan pusilánime como para no poder contra este Diablo? ¿O será un Dios morboso, o quizás indiferente? Según R. Wang el diablo es una creación del cristianismo que combina aspectos de las distintas personalidades mitológicas. La idea del diablo se remonta a los comienzos oscuros de la humanidad y a la concepción animada de la naturaleza involucrando buenos y malos espíritus. Continúa explicando que el primer diablo parece haber aparecido en India como Mara, la tentadora de Budah. Históricamente la dualidad dios-diablo del cristianismo surge de la influencia de la filosofía persa que establecía que el bien y el mal provenían de dos diferentes e independientes fuentes. Luego en las escrituras del Viejo Testamento Satán -que en hebreo significa adversario – aparece más como un sirviente de Dios, que odia a la humanidad, acusa y demanda castigo en nombre de Dios, que como su oponente. En los tiempos de Cristo se expande la creencia en un diablo que trae enfermedad y posesión mental, pero este era en esencia un demonio independiente, difícilmente era una figura que pudiese cuestionar la autoridad de Dios. Jung se fascinó con el problema del diablo y se concentró especialmente en las paradojas tales como la responsabilidad de Judas en la muerte de Cristo, porque si Judas no hubiese traicionado a Cristo no hubiese habido crucifixión y consecuentemente tampoco cristianismo tal como lo conocemos. El diablo es en realidad un rebelde que quiere algo mas, dicen que odia al hombre, pero en definitiva termina siendo su “benefactor”.
¿Que hubiese sido de nosotros si Eva no hubiese caído en su tentación? La humanidad jamás hubiese evolucionado y seguiríamos viviendo en el paraíso con todo servido. Sin embargo, qué difícil aceptar este concepto cuando nuestra cultura judeocristiana nos ha enseñado que el diablo es el enemigo del hombre, y que Dios es únicamente bueno. Según comenta S. Nichols Jung argumentó que el bien y el mal son pares de opuestos y uno no puede existir sin el otro, por lo tanto no tiene lógica que Dios no tenga también su alter ego, su costado oscuro. Cuanto más difícil aún aceptar esta teoría. Todo lo cual nos lleva a relacionar al diablo con el arquetipo de la “sombra”. Yendo a nuestros días probablemente no encontremos al Diablo tal como le sucede a los protagonistas de una película de terror aunque si lo identificaremos claramente en las noticias de todos los días: crímenes pasionales, adictos que roban para consumir, políticos corruptos ciegos de poder y de codicia, actos de violencia irracionales, etc. En todos estos casos el Diablo estaba ahí, no con sus cuernos y su aspecto deforme, sino en la psiquis de cada una de esas personas que exteriorizaron su oscuridad, la llevaron a la acción, dañaron o se dañaron. El Diablo es el aspecto oscuro de la personalidad: la Sombra. ¿Qué es entonces la sombra? Dice R. Wang que la sombra es el complejo de la personalidad más negativo, desagradable a tal punto que la gente intenta negar. Tal como Jung explica la sombra personifica todo lo que el sujeto se rehúsa a conocer acerca de uno mismo. El relacionó esta personalidad “inferior” con los instintos animales, y la describe como la mitad oscura de cada persona que es percibida como un ser separado. Cada función que se vuelve autónoma y se separa de la personalidad es demoníaca o sea patológica. El “self” es la hipotética suma de una indescriptible totalidad, una parte de este está constituido por el ego-conciencia, la otra por la sombra, lo que para Freud era el inconsciente personal. En el proceso de individuación, el arquetipo de la sombra es la clave. Este proceso comienza cuando los contenidos de la sombra son traídos hacia la conciencia, no puede haber evolución hasta que la sombra sea reconocida e integrada. En nuestra cultura judeocristiana el bien es totalmente diferente al mal, además se ha hecho un culto al bien a tal extremo que cuando en el mejor de los casos tenemos un pensamiento oscuro sentimos culpa, sino lo reprimimos. Sin embargo, negar el mal no hace que este desaparezca, se necesita encontrar un receptáculo para nuestra oscuridad, entonces la proyectamos en el otro, nos victimizamos, no somos responsables de nada. Esto mismo ocurre a nivel colectivo, y las comunidades que son minoría (negros, judíos, homosexuales, gitanos, etc.) se convierten en recipientes de la “basura” de la sociedad, todo lo que esta se niega a aceptar.
Según S. Nicholls que con cada guerra parece más evidente que compartimos características del diablo, dice que es precisamente la función de la guerra la que revela a la humanidad su enorme capacidad para el mal. Y es la guerra el escenario perfecto para destruir al otro y a uno mismo. Dice R. Wang que para Jung el encuentro con la sombra y su consecuente aceptación e integración es un proceso que muy pocos logran porque la mayoría de la gente no es conciente de ella y viven en incredulidad de pensar que son totalmente “buenos”. Además el encuentro con la sombra es una experiencia muy desagradable que pocos pueden soportar. Ese encuentro implica encontrarse con los aspectos más oscuros y atemorizantes de la personalidad, los instintos primarios que la civilización nos enseñado que son inaceptables. Una manera de conectar con nuestra sombra como con el resto de los arquetipos es a través de los sueños.
De acuerdo a las investigaciones de Jung la sombra se manifiesta en animales tales como arañas, murciélagos, ratas, etc. Una noche soñé con un murciélago que cuelga de un hilo y me mira, al principio me da repulsión, luego lo miro bien y veo que me mira con dulzura, lo veo otra vez y me doy cuenta que tiene mis ojos. Este sueño revela perfectamente cómo en realidad ese murciélago no es otro que mi sombra y describe el proceso de encuentro con ella: rechazo primero y luego aceptación. Vayamos ahora a contemplar esta carta. En el tarot marsellés la figura del Diablo es un hombre que está de frente, en una de sus manos sostiene una espada con la mano izquierda que representa el aspecto inconsciente y alza la otra en forma descuidada. Tiene alas de murciélago y en tu torso hay pechos de mujer, las manos y los pies tienen las garras de un ave depredadora. Está parado sobre un pedestal. Hay otras dos figuras masculinas pequeñas que están de espaldas a él, se encuentran atados por una soga que tienen en su cuello. El aspecto del Diablo es confuso, es un hombre mitad animal con pechos de mujer, porque él en realidad es confuso. Sus atributos animales están relacionados con lo instintivo, los femeninos con aquellos aspectos involucionados de lo femenino, la seducción y el magnetismo que devienen en maniobras manipuladoras y que son utilizados con fines egoístas. La espada que lleva en la mano izquierda es sostenida descuidadamente a diferencia del Arcano de la Justicia que la sostiene con autoridad, lo cual indica que la relación con el logos es totalmente inconsciente. Las alas del diablo son de murciélago. Este es un animal que nos da rechazo porque parece atentar contra el equilibrio de la naturaleza: un ratón con alas parece ser un macabro error.
Es un animal nocturno, se cuelga de las cavernas de cabeza y sale a volar de noche cuando todo duerme, chupa la sangre, su mordida es pestilente y contagiosa de enfermedades.
El aspecto del Diablo es desagradable porque este conglomerado de partes nos conecta con lo siniestro, con la desarmonía, es un atentado a las leyes de la naturaleza. Sentimos un profundo miedo y rechazo. Sin embargo, hay un aspecto seductor y magnético en el Diablo. Creo que al llevarnos a un terreno desconocido nos sentimos seducidos por el vértigo, luego también creo que inconscientemente intuimos que algo interesante se esconde detrás de él, como toda energía lleva implícita los dos opuestos, el aspecto Yang, la luz también está presente en el Diablo, una luz que va a iluminar definitivamente nuestra vida si sabemos descubrirla. Los dos personajes que lo acompañan están de espaldas, lo que simboliza que no son conscientes al dominio del diablo, de hecho están esclavizados, atados a él, aunque no lo saben. Y en tamaño son pequeños y deformes, lo cual se relaciona con su involución. A diferencia de la carta del Hierofante cuyos personajes lo miran directamente a él buscando consejo, el Diablo no es frontal, maneja los hilos sin que ellos sean conscientes. Siguiendo el esquema propuesto por Nicholls el Diablo se encuentra en el último estadio del camino del loco. Por encima de el se encuentra El Mago y la Justicia. El Diablo es la sombra del Mago, recordemos el aspecto sombrío de este: manipulador, mentiroso, estafador.
A diferencia de la Justicia que busca el equilibrio y la reparación apelando a darle a cada uno lo suyo, el Diablo es el desequilibrio personalizado y no lo mueven valores trascendentes sino la búsqueda de sus propios placeres materiales. El Diablo es “el obstáculo” en el camino del Loco, que soportó su propia muerte y renació, se dejó sanar por las aguas de la Templaza, si verdaderamente ha salido airoso de estas pruebas, el encuentro con el Diablo no será una experiencia traumática, si lo es implicará que todavía hay ciertas cosas que se niega a abandonar. De todos modos si no logra hacerlo la vida lo hará por él cuando se enfrente a la Torre, nuestro próximo arcano. El Diablo en la interpretación: Es una carta ying. Se relaciona con el arquetipo de la sombra. Se relaciona con el elemento tierra. Si hablamos de un estado la persona está tomada en cuerpo, mente y espíritu por esta energía. Está obsesionada, esclavizada por sus emociones: celos, deseos desmedidos rivalidad, venganza, adicciones, pasiones, miedos, odio, acciones destructivas y autodestructivas. Hay victimización y proyección, el demonio es el otro. Si hay obsesión no hay voluntad de acción, la persona está sometida por lo que quiere, tampoco hay valores ni ideales, todo se resume a su emocionalidad y la búsqueda del placer y a lo material a cualquier costo, aún si para ello se descuida la salud.
Es un estado de profunda inconsciencia y confusión que atrapa a quien lo vive. Si hablamos de características personales según Roberto Torres en su libro “El Horóscopo del Tarot” son personas de fuerte personalidad, pasionales, habilidosos, imponentes, movilizantes, seguros, irónicos, de buen ánimo. Mal aspectados: arrogantes, orgullosos, materialistas, incrédulos, y engañosos. Como consejo el Arcano del Diablo nos propone profundizar en los aspectos oscuros de la situación que estamos atravesando, sería conveniente buscar un maestro, un terapeuta. Nos puede estar alertando de ciertos manejos propios o ajenos de los cuales no somos conscientes. En términos de resolución es una carta lenta
XVI LA TORRE
LA TORRE = DESTRUCCION – CREACIÓN
Palabras Clave: Estructuras – Rigidez – Golpe – Catástrofe – Aislamiento – Soberbia – Omnipotencia – Fatalidad – Liberación – Iluminación
En el arcano anterior nuestro héroe estaba atrapado por su sombra, representada por el Diablo, parecía no darse cuenta hasta qué punto estaba esclavizado por sus pasiones. El apego y el sometimiento eran absolutos. Habíamos dicho también que si él no podía liberarse por sí mismo la vida iba a hacerlo por él. Esta es la clave del arcano “La Torre” y por ende su propuesta es la liberación. Veamos la imagen del tarot marsellés. Nos muestra una torre sin ventanas y con una puerta muy pequeña. En la cúpula hay una corona que es impactada por una pluma, como consecuencia sus habitantes un hombre y una mujer caen uno a cada lado, y en medio de ellos caen también esferas de colores.
A simple vista parece una contradicción: ¿es una desgracia o una bendición? La respuesta es: ambas cosas. Concentrémonos por un momento en el símbolo de la TORRE y su utilización en el mundo antiguo. Dice Sallie Nichols que en primer lugar uno asocial la torre a la famosa la torre de Babel que se menciona en la Biblia, un edificio construido por Nemrod para conquistar el cielo y que según el relato provoca la ira y la venganza de Dios y por lo tanto es destruida. También eran utilizados como lugares de reclusión para prisioneros, y edificios pensados para conectar el cielo con la tierra. Sin embargo, la temática de la torre del tarot plantea el caso de dos personas que hacen de su propia torre su dios.
Estaban aislados tanto del mundo externo como de la divinidad, creían no necesitar a nada ni a nadie, “permanecían cerrados a cualquier posibilidad de intervención milagrosa” dice S. Nichols “para conseguir tal cosa los dioses tenían que buscar un modo de entrar en ella, aunque fuera por la fuerza”.
Sin embargo, como decíamos anteriormente, lejos de ser una fatalidad esta entrada es liberadora y su efecto mágico que conduce a la iluminación, está representado por las esferas de colores que caen al lado de los personajes. Ellos no las perciben, están demasiado shockeados por el impacto y totalmente tomados por la experiencia y su consecuente desenlace. El golpe viene directamente del cielo. Este impacto que en el tarot marsellés es realizado mediante una pluma se puede asociar con el rayo del dios griego Zeus (el dios del trueno y el rayo así como también el protector de la ley y la moral), y Thor el dios nórdico que portaba su martillo y era conocido como el dios destructor, tal como dice R. Wang. El aclara que en todas las culturas el dios del cielo tiene muchas responsabilidades, además del hecho de la creación. En primer lugar, el es el protector arquetípico de sus criaturas, lo cual significa que debe preservar y proteger el orden y la integridad de lo que el mismo ha creado. Pero su fuego iluminador es también lo que destruye para que así el ciclo destrucción – creación vuelve a comenzar. Dice Wang que el arquetipo del Padre que hace la guerra está separado del Padre Celestial, lo cual queda muy claro en la mitología romana, Marte era el dios de la guerra seguido por Júpiter. Aunque en un primer momento las personas expulsadas de la torre se quejen de su destino, pregunten a dios ¿por qué a mi?, no pueden ser conscientes del efecto salvador de este acontecimiento, se sienten abandonados por él y no alcanzan a ver su mano, dios no los ha olvidado, todo lo contrario, ellos se han olvidado de dios, pero él nunca se olvida de sus criaturas. La sutileza de ello se encuentra representada por la pluma que es un elemento suave que la divinidad utiliza para derribar la torre, lo cual nos hace pensar qué rígida debió haber sido esta torre para que una pluma la derribe. Tal como dice el Tao lo que cuanto más rígida es una estructura más fácil es tumbarla. La corona, es símbolo del ego entronizado de los personajes que la divinidad se encarga de poner en su lugar. Las torres son estructuras construidas por el hombre. Paradójicamente en la antigüedad se utilizaban como prisiones y lugares de adoración a dios, en la actualidad para el hombre urbano, contemporáneo también suele ser una prisión moderna. Se despierta en el piso del edifico donde vive, y pasa ocho horas en su oficina ubicada en otra torre, lejos de la naturaleza, respirando un aire artificial. Cada día se construyen torres más sofisticadas, “inteligentes” que parecen templos para adorar al sistema en el que los hombres están inmersos. Sin embargo las torres también pueden ser prisiones psicológicas: matrimonios acabados, trabajos insatisfactorios, ideologías, fanatismos, mandatos familiares, y cualquier otra cosa que nos aísle. Entonces nuestra pareja nos deja y la empresa quiebra. Nuestro mundo se desmorona súbitamente.
Podemos sentirnos desgraciados y aferrarnos a lo poco que queda de nuestra torre, o bien iluminarnos, hacer visible la intervención divina detrás de la experiencia. Para Jung “la iluminación significa un repentino, inesperado, y poderoso cambio de la condición psíquica”. Simbólicamente la iluminación se relaciona con el falo así como con la serpiente y su función iluminadora, vivificante, fertilizadora, transformadora y curativa.
El derrumbe de la torre puede hacernos conscientes de cuán rígidos éramos respecto de determinados aspectos, vínculos o ideas en nuestras vidas y consecuentemente “iniciarnos” para que podamos construir espacios diferentes, más flexibles, en donde podamos dejar entrar la luz, y estar protegidos sin dejar de conectarnos con el exterior. Así una vez que podamos recuperarnos del shock, despojados al fin de nuestras estructuras, logremos prepararnos para la experiencia de la entrega total que nos espera cuando nos encontremos con nuestro próximo arcano, La Estrella.
La Torre en la interpretación: Es una carta yang. Se corresponde con el arquetipo del Padre como Protector y Destructor. Se relaciona con el elemento fuego y aire. La Propuesta del arcano: Liberarnos de estructuras rígidas, ideas, obsesiones. Cambiar, ser conscientes de que no podemos controlarlo todo, como así también que hemos tenido actitudes soberbias y omnipotentes. El Riesgo del arcano: no poder salir del estado de shock y/o quedarse aferrado a las viejas estructuras. Si hablamos de un estado se trata de un momento de mucha movilización y desequilibrio, representa un despertar en su condición psíquica.
La persona siente que todos los cimientos de su vida se tambalean, pero no le queda otra alternativa más que dejarse llevar por un cambio que se impone y que no puede controlar. Es un momento que bien aprovechado puede ser muy liberador y de una transformación profunda. Se la puede asociar con eventos y cambios intempestivos que modifican el statu quo: separaciones, quiebras, etc. Si hablamos de características personales son personas ciclotímicas, iracundas, estructuradas, reformistas. Según R. Torres son “creyentes, hospitalarios, elevados, seguros, tolerantes, observadores, visionarios, mágicos, y mensajeros de los dioses, mal aspectados: frágiles, renegados, reprimidos, confusos, insensibles, intolerantes, egocéntricos”. Como consejo la torre nos alerta sobre la manera rígida en que estamos manejando ciertos aspectos de nuestra vida, y nos insta a tomar conciencia para evitar males mayores. En términos de tiempos es una carta dinámica. La situación sucede súbitamente.
XVII LA ESTRELLA
LA ESTRELLA = ESPERANZA Y LIBERTAD
“Cuando hayas encontrado el comienzo del camino, la estrella de tu alma mostrará su luz” máxima cabalística
Palabras Clave: Luz Interior – Destino – Fluidez – Limpieza – Sabiduría – Confianza – Entrega – Humildad - Inicios – Espiritualidad – Inspiración – Intuiciones - Calma – Entusiasmo – Pureza – Armonía – Receptividad – Futuro
En el arcano anterior las estructuras del héroe se habían desmoronado, colapsadas por la fuerza de la divinidad que mediante un hecho súbito lo había liberado finalmente de sus ataduras. Como consecuencia de ello él había tomado conciencia de su aislamiento y omnipotencia y había podido percibir la presencia de la divinidad operando en dicha situación. En el arcano que le sigue y que vamos a tratar ahora, La Estrella, su “iluminación” entendida como cambio en su condición psíquica, se va a ser mucho más profunda. Va a comprender que no es un ser aislado, sino que está conectado con sus semejantes y todos ellos con el orden superior que es participe de su destino. Dice R. Wang que las cartas que siguen en el tarot: La Estrella, la Luna y el Sol estaban originalmente unidas. El Sol y la Luna y todos los planetas fueron llamados “estrellas” y representaban la influencia del cielo en el destino del hombre. En el tarot original estas eran (como las virtudes en las artes liberales) representadas por figuras femeninas que sustentaban sus respectivos atributos. La figura no era la estrella propiamente dicha sino la personificación de la inteligencia que dirigía el destino de todos.
Presumiblemente esta estrella única, primero ubicada antes que el Sol y la Luna hacía referencia a la “Estrella Matutina”. Así como también representa a la Estrella que guió los reyes magos al pesebre de Belén. Con lo cual se puede inferir que la estrella no sólo era esa fuerza astrológica que controlaba el destino de la humanidad sino también la proveedora de la guía divina por la cual uno puede elegir el camino correcto.
Las estrellas siempre han sido un elemento de proyección de los contenidos psíquicos y son el instrumento por el cual accedemos al cielo, así como los ojos son las ventanas del alma, las estrellas son los ojos del cielo, o las ventanas del alma del cielo. Vemos una estrella y pedimos un deseo, nos concentramos en una estrella como si ella pudiera conectarnos con nuestros seres queridos ausentes. Según Nichols las estrellas también nos relacionan con la inmortalidad, las figuras heroicas o las divinidades griegas eran inmortalizados como planetas o constelaciones. Cuando Quirón muere e intercambia su vida inmortal por la de Prometeo que había sido atado a una roca y condenado a sufrir el castigo por el cual un ave le comía el hígado por las noches que se regeneraba al día siguiente, Zeus en honor a él eleva su imagen al cielo y así se crea la constelación de Sagitario. En el tarot marsellés vemos una mujer, centro de la escena, que sostiene dos cántaros en sus manos y vierte su líquido, el de un cántaro en un río y el del otro en la tierra. Está desnuda, vacía, lo que significa que está conectada con la naturaleza, despojada de todo, entregada a su tarea, expectante y llena de esperanza. Nos recuerda a La Templaza, arcano que también se sucede después de una gran crisis (La Muerte) y que tenía un trabajo entre manos, trasvasar líquido de una vasija a otra. El elemento agua está muy presente en estos dos arcanos, como función emocional y a la vez como el instrumento que permite limpiar, curar, purificar. Mientras en el arcano de La Estrella hay una mujer en La Templanza encontramos un ángel.
Quizás porque en ese estadio del viaje nuestro héroe necesitaba encontrarse cara a cara con la divinidad y en este ya ha experimentado ese encuentro, incluso ha conocido la faceta más dura e iracunda de ella. Quizás también porque la propuesta de La Estrella sea el encuentro entre su propia humanidad y la divinidad en una instancia más armónica y pacífica, para luego poder transmitir este conocimiento al resto de los hombres. Dice Sallie Nichols que mientras La Templanza recoge y mezcla las partes de la psique que La Muerte ha dejado desparramados, dirigiendo esas esencias hacia nuevos caminos, el trabajo de La Estrella es distinto. Consiste en separar y redistribuir, quizás esta mujer esté separando cuidadosamente los contenidos arquetípicos del inconsciente de los contenidos más personales, parece verterlos de nuevo en los riachuelos compartidos por la humanidad.
Podemos ver entonces cómo acá se hace muy evidente el pasaje de lo individual hacia lo colectivo. El héroe toma conciencia de que no está solo, comparte un destino común con la humanidad y alinea su vida a los deseos del cielo.
Esta mujer está sola en el silencio de la noche, momento que llama a la introspección, a la visión interior, hay paz en ese silencio, estado que preexiste a la creación de lo nuevo. No hay angustia ni rastros de la omnipotencia que estaba presente en La Torre. La mujer hace su trabajo humildemente y en calma. Tiene la sabiduría suficiente para saber que el fruto de su esfuerzo será una fertilidad nueva. Hay aquí una gran esperanza y entrega, ella vacía el cántaro sin saber adónde llegará el resultado de su trabajo, quien beberá esas aguas, qué nuevas tierras serán fertilizadas. Por detrás de la figura vemos una gran estrella y otras sietes más, todas de ocho puntas. La estrella central representa un mandala, se puede asociar también con la estrella polar, el centro por el cual gira el firmamento. Según R. Wang el número ocho que tal como el leminscato es el símbolo del infinito, se refiere al mercurio alquímico, a la palabra. Dice S. Nichols que en los textos alquímicos aparecen configuraciones como estas, que muestran una estrella gigante (que representa el proceso de iluminación) al lado de los siete planetas. El proceso de individuación de Jung es parecido al objetivo alquimista que consistía en la liberación espiritual del hombre y como este se debe realizar en soledad. Además Jung propone que la salvación del hombre radica en su propia psiquis, lograr la conexión con su yo superior, provoca un efecto dominó en el resto de la sociedad pero el punto inicial es siempre el individuo. Quien se encuentra a su estrella interior y se deja iluminar por ella se convierte en la luz que guía a quienes aún están perdidos en la oscuridad de su inconsciente. En este sentido vemos la evolución con respecto al arcano anterior, en la Torre el héroe necesitaba el golpe para reaccionar, el protagonista era Dios, en la Estrella la protagonista es la mujer y Dios está presente, por supuesto, pero en otra parte de la escena. Vemos en el fondo de la carta dos árboles florecidos, podemos asociarlos a los árboles de la Vida y del Bien y del Mal del Edén. Ellos representan la conexión entre el cielo y la tierra, ya que hunden sus raíces en la tierra y elevan su copa hacia el cielo. Hay un pájaro negro en uno de esos árboles, mensajero de los dioses. Según H. Banzhaf el vuelo de los pájaros era utilizado como oráculo y simbolizaban la capacidad visionaria de las deidades a las que pertenecían. También, como las dos vasijas, se relacionan con los pares de opuestos, inconsciente y conciente. En esta fase del camino evolutivo, el ego y nuestro espíritu racional están disminuidos y por ende las intuiciones pueden surgir. Dice Nichols que en ese punto el ego empieza a estar lleno de una sensación de destino y asimismo empieza a experimentar su sino individual como parte de un todo, comienza a descubrir que los hechos de la vida cotidiana toman otra dimensión si se empieza a comprenderlos como hechos trascendentes que asociados encuentran un nuevo sentido. Esperanza y libertad definen la esencia de La Estrella.
Esperanza por el nuevo comienzo, por el encuentro con nuestra propia luz que ha de guiarnos por el camino, y libertad porque estamos despojados de mandatos, ideas, “ropajes” de nuestra civilización, libres para volver a empezar ahora con una nueva conciencia. Es cierto que notamos cierta tristeza en los ojos de la Estrella. Mucho ha quedado atrás, es inmensa la emoción de no sabernos criaturas abandonadas en el universo. Es importante que la melancolía no nos domine, no hay que perder la fe ganada, para que cuando conozcamos al próximo arcano, La Luna, no nos perdamos en la oscuridad de la noche. La Estrella en la interpretación: Es una carta ying aunque hay dinamismo simbolizado por el trabajo de trasvase. Se relaciona con el arquetipo del anima y del “sol invisible”, o de la “estrella interior”, la “chispa divina” que es en definitiva, el self. Se relaciona con el signo de Acuario. Se asocia con el elemento agua y tierra. La Propuesta del arcano: saber que estamos inmersos en un orden mayor, pero que conectados con nuestra estrella y alineados con el universo, podemos edificar nuestro destino en pos de nuestra evolución. Confiar en la vida, recomenzar. Según Hajo Banzhaf “aumentar nuestra comprensión y nuestro conocimiento interior sobre la sabiduría del cosmos”. El Riesgo del arcano: volverse demasiado emocional, melancólico. Según H. Banzhaf “descuidar el presente al preocuparnos por el futuro”. Si hablamos de un estado la persona se encuentra frente a un nuevo comienzo, está en calma, esperanzada, entusiasmada, conectada con lo espiritual, confiada, con capacidad de asombro. Si hablamos de características personales según R. Torres son: “libres, esperanzados, desinteresados, abiertos, renovadores, instintivos, humildes, instrumentos del cielo, íntegros, mal aspectados: libertinos, falsos, peligrosos, inconscientes, enemigos ocultos. Como consejo: la estrella nos aconseja conectarnos con nuestra alma, prestar más atención a lo que nos pide la vida, recuperar la esperanza, alegrarnos. En cuanto a los tiempos son lentos.
XVIII LA LUNA
LA LUNA = LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
Palabras Clave: Locura – Silencio – Noche – Miedo – Oscuridad – Magnetismo – Pasado – Madre – Ambigüedad – Pasividad – Pesadillas –Soledad
Habíamos visto en la carta anterior que había cierta tristeza en los ojos de la Estrella, el ego del héroe ya no estaba presente en la escena, muchas cosas en su momento importantes habían quedado atrás. Sin embargo, el gozo de no sabernos solos compensa el dolor de la perdida que es esperanzadora y liberadora al mismo tiempo. Habíamos dicho también que era importante que la melancolía no nos invadiera, para que esa fe ganada, no nos abandonara cuando descendiéramos nuevamente a los infiernos y nadáramos en el agua del inconsciente. Este nuevo arcano, La Luna, nos sumerge una vez más en la oscuridad de la noche. Si bien es cierto que la experiencia no será tan desgarradora para el héroe como cuando por primera vez conoció a La Muerte, en este arcano se libra una batalla muy especial. En el mito universal del camino del héroe este atraviesa por distintas etapas: la “llamada a la aventura” por medio de la cual se conecta con su aspecto divino y emprende su viaje, el encuentro con los “ayudantes mágicos” que van a proporcionarle los elementos para salir victorioso en su empresa, el “primer umbral”, lugar en el que se bate a duelo con su guardián que custodia el pasaje hacia el otro mundo, “la batalla” con seres que harán lo imposible para que no obtenga el triunfo, y finalmente “el regreso” y la “devolución” de lo obtenido a la comunidad. En esta fase del camino de evolución de la conciencia nos encontramos en la etapa del “camino de regreso”. La meta del héroe ha sido cumplida, sin embargo todavía tiene que enfrentarse con el último desafío que de ser vencido, le dará carta blanca para regresar con honores. Observemos la ilustración del tarot de Marsella. Si observamos la carta con nuestro hemisferio derecho podemos experimentar el silencio de la noche violentado por el aullido de dos lobos o perros que se encuentran justo antes de las dos torres, destino de nuestro héroe.
Hay oscuridad y desolación. En el estanque nada un cangrejo de río que impide el paso. Dice Sallie Nichols que tal como ocurría en el arcano anterior en este tampoco aparece la figura del héroe lo que significa que psicológicamente está desconectado de sus aspectos humanos, su ego está sumergido en el reino del inconsciente. Vemos también dos plantas doradas, símbolos de la inmortalidad, cerca de las torres lo que nos sugiere que una vez que él logre atravesar todos los obstáculos podrá obtenerlas. Aquí también está presente la polaridad: dos torres, dos perros, dos plantas, los pares de opuestos que deberán ser finalmente integrados. La Luna es la protagonista de la escena, si observamos bien la carta vamos a ver que está rodeada por una esfera que sugiere al sol, que por supuesto remite también a la polaridad sol-luna. En La Torre veíamos que del cielo llovían esferas de colores, lo cual significaba que el golpe del cielo venia acompañado por bendiciones aunque en ese momento los protagonistas no lo vieran, por el contrario en La Luna hay gotas de agua que surgen de la tierra y son absorbidas por el astro, como si ella reclamara para sí toda la energía del héroe, lo cual nos habla de su aspecto devorador. Con respecto al símbolo del cangrejo representa el aspecto regresivo de la luna - animal lunar por excelencia ya que camina al revés - en el zodíaco occidental se corresponde con el signo de Cáncer cuyo regente es la Luna y su modelo arquetípico La Madre. Los perros son típicos guardianes de los umbrales en los mitos y leyendas, en la mitología griega el Can Cerbero es quien custodia el portal del Hades. Una vez más vemos cómo nuestro héroe tiene que aliarse a su parte animal, instintiva (tal como lo analizamos oportunamente en el arcano La Fuerza) para poder avanzar en lugar de atacarla. En los mitos griegos quienes fueron capaces de acceder al Hades no atacaron a Cerbero sino que encontraron caminos alternativos más sutiles para lograr el objetivo. Según R. Wang la Luna se relaciona con la diosa griega Hécate, la hechicera que habita en el inframundo y es aún más temida que el mismo Hades ya que genera locura, epilepsia, y otras enfermedades a los mortales. Dice Wang que en el tarot las tres fases de la mujer (Doncella, Madre y Anciana) son ilustradas como La Suma Sacerdotisa, La Emperatriz, y La Luna. Estas cartas eran equivalentes en la mitología a Artemisa, Selene y Hécate. Las tres fases de la luna se relacionan entonces con estas distintas facetas del arquetipo de lo femenino: la luna creciente, sutil, femenina, frágil (la doncella), la luna llena, desbordante, fértil, generosa (la madre) y la luna nueva, que da una noche cerrada, atemorizante, extremadamente oscura, y que se relaciona con lo mágico (la bruja). El tránsito que nos describe el arcano de La Luna es muy difícil de atravesar. Acá se juega nuestro poder personal, nuestra capacidad para distinguir realidad de ficción y de no dejarnos gobernar por nuestros aspectos sombríos. La luz de la luna es magnética y al mismo tiempo ambigua. Bajo su luz - que ni siquiera le es propia - todo adquiere un color y una forma diferente. Es fácil dejarse engañar y seducir por ella, quedar hipnotizado, paralizado y entregarle toda nuestra energía. Las torres nos sugieren una ciudad que se encuentra a lo lejos, también nos parece interesante llegar hasta allí, sin embargo para eso tienen que sortearse los obstáculos, vencerse los miedos que nos impiden avanzar. Hay un cierto cansancio que se hace evidente en esta etapa del camino, sentimos melancolía por el pasado y en el fondo de nuestra alma abrigamos la esperanza de que todo cuanto hemos visto y entendido sea un sueño. Quizás la vida que llevábamos era mejor, se nos hace doloroso haber “despertado” cuando hay tanta inconsciencia en nuestro entorno. Sin embargo, por más que nos dejemos seducir por su falsa promesa de seguridad no hay más posibilidades de volver atrás, ya no hay adonde ir más que hacia delante. Cuando los dioses griegos regalaban a los mortales un don aún a su pesar no podían quitárselo. Psicológicamente significa que cuando tomamos conciencia de determinado aspecto oscuro llevándolo a la luz es imposible engañarnos a nosotros mismos y volver a sumergirlo en el estanque. No hay opciones, o avanzamos hacia un nuevo conocimiento de nosotros mismos o nos quedamos atrapados en la oscuridad de la noche, solos, locos, confundidos. S. Nichols hace una reflexión muy interesante respecto de este arcano que pone en evidencia la ambigüedad del mismo. Podemos resistirnos a entrar al agua con el cangrejo adentro o utilizar su armadura para cruzar el estanque. Podemos sentir pánico de enfrentarnos a los perros, o acariciarlos y utilizar el brillo de sus ojos para iluminar nuestra noche. Así podremos abrirnos paso para que al día siguiente cuando la luz empiece a emerger por el horizonte y la noche vaya perdiendo terreno, ya estemos a salvo en la ciudad y podamos salir a disfrutar del sol. La Luna en la interpretación: Es una carta Ying. Se relaciona con el arquetipo de la madre destructora y su atracción regresiva. Se asocia con el elemento agua. La Propuesta del arcano: vencer el miedo, asumir la realidad de todo cuanto hemos aprendido hasta el momento. El Riesgo del arcano: confundir realidad con fantasía, dejarse vencer por los miedos, la locura, la melancolía del pasado. El estado por el que se atraviesa es muy difícil de transitar, hay miedo, confusión, inseguridad, victimización, melancolía, parálisis, locura, depresión, tristeza, apego al pasado, a los recuerdos. La persona está vulnerable, ciclotímica, inestable emocionalmente, desilusionada, desconcentrada, pasiva. Según R. Torres las características personales de las personas “luna” son: receptivos, profundos, suaves, polifacéticos, sensibles, perceptivos, intuitivos, míticos, artesanos, duales.
Mal aspectados: enemigos ocultos, densos, depresivos, duales melancólicos, inconstantes, desolados y algunas veces poseer un nocivo sentimiento de inferioridad. Como consejo hay que vencer el miedo y dejar de sentirse victima. En cuanto a los tiempos son lentos
XIX EL SOL
EL SOL = NUESTRO NIÑO INTERIOR
Palabras Clave: Alegría – Juego – Inicios – Renacimientos – Niño – Plenitud – Vitalidad – Totalidad - Luz
¡Por fin ha salido el sol! Después de noches de oscuridad alumbrados por la luz enloquecedora de la luna, nuestro héroe superó la prueba, llegó a la ciudad y ahora puede contemplar el nuevo día a salvo. Al igual que en los mitos, el héroe que desciende a los infiernos, al mundo oscuro de los muertos, encuentra la salida y emerge hacia la luz. La sensación de victoria es reconfortante y revitalizadora. A la luz del sol todo luce de otra manera, ya no hay miedos, sólo alegría y una sensación de libertad total, esa misma libertad que presentía la mujer del arcano “La Estrella” mientras en la oscuridad de la noche realizaba su trabajo de trasvase. Ahora es una realidad. Mientras el tiempo de “La Luna” nos llenaba de lágrimas y nostalgia por el pasado, hoy “El Sol” nos conecta con el momento presente, con el disfrute, con lo lúdico tal como lo vemos representado en los gemelos del tarot marsellés que unidos, con un sol imponente de marco, se dejan fluir con la alegría. Dice S. Nichols que este arcano nos acerca al sencillo mundo de la infancia solar donde la vida no es un desafío sino una experiencia, un espacio para recobrar la espontaneidad y la armonía interior.
A diferencia del adulto el niño se conecta con la experiencia del momento presente, basta con observarlos jugar para darse cuenta, no importa el tiempo transcurrido, no hay pasado ni futuro sólo ese juego al que están abocados. El pensamiento racional del niño está en pleno desarrollo, aún no han surgido los sistemas de creencias que rigen la vida del adulto y la limitan, ni los mandatos familiares y sociales se hallan consolidados, el niño es un ser emocionalmente simple, ama o no ama, no hay segundas intenciones, ni matices, no hay miedos, ni conciencia de sí mismos, en ellos todo es natural.
Dice Nichols que los niños representan la función inferior, aquella que no tenemos desarrollada y que se encuentra más próxima a la naturaleza, la cual integrada a nuestra psiquis puede ampliar nuestra gama de posibilidades y potencialidades. Los niños representan entonces la energía vital, lo nuevo, lo experimental, lo primitivo y total. Según Robert Wang el motivo del niño divino ha sido un pívot para la filosofía junguiana.
Es el punto de conexión entre lo individual y lo colectivo. El niño representa el surgimiento de la auto conciencia que emerge del útero de lo inconsciente. Es el niño divino, poderoso, nacido en medio de circunstancias mágicas, y criado en circunstancias particulares también, en definitiva el self que es la instancia última en el camino de individuación junguiana. El arquetipo del niño aparece con varios disfraces, puede ser el ser hermafrodita, es el duende y el elfo de la mitología que personifica las fuerzas ocultas de la naturaleza, es el puer aeternus, es el niño dorado, y es el joven héroe. Es este niño el que simboliza aquello que une ambos opuestos, el mediador, el que trae la curación, aquel quien realiza la totalidad. Esta unificación perfecta es la cuaternidad, es el círculo y es el sol “esférico”. Entonces el niño del arcano El Sol es el joven Mago, que tiene un doble rol. El es al mismo tiempo e joven héroe que va en busca del oro espiritual, y es el oro en sí mismo. De esta manera vemos cómo todos los arcanos se van interrelacionando, y que los primeros contienen las semillas que han de sembrarse en los últimos. El nacimiento del niño divino implica estar frente a un nuevo estado de conciencia. Cuando aparecen niños en los sueños estamos frente a nuevas potencialidades que están emergiendo, aspectos oscuros de nuestra psiquis que están viendo la luz. Al igual que la figura de los gemelos – tal como aparecen en nuestro arcano – también simboliza la toma de conciencia de aspectos inexplorados que representados por el gemelo oscuro, surgen para ser finalmente integrados. En los mitos el nacimiento del niño divino (Cristo o Buda) ocurre en circunstancias especiales, no nace como un ser mortal ordinario, lo que denota su naturaleza espiritual. Luego, este niño se hará hombre y se convertirá en el héroe que ha de traer la “poción mágica”, la sabiduría conquistada en el otro mundo para el beneficio de la humanidad. Dice Wang que la diaria aparición y desaparición del sol ha provocado mucha especulación y ha sido el origen de diversos mitos, aunque en realidad el culto al sol ha sido inusual en el mundo antiguo, sólo importante para el pueblo egipcio, en Asia, en la primitiva Europa y en las poblaciones indígenas del continente americano. El viaje del sol – su aparición y su puesta – simboliza el pasaje del niño al adulto, del niño divino al anciano sabio, del puer al senex, ambos pares arquetípicos.
El niño es el sol naciente del este y el anciano es el sol poniéndose en el oeste. Dice Sallie Nichols que la primera mitad de la vida es generalmente el viaje del ego, pero cuando hemos dejado nuestra huella en el mundo y nuestro sol se halla en el zenit podemos reconectarnos con nuestro niño interior, unirnos a él y sanarlo. A modo personal me es curioso pensar que los ancianos olvidan los hechos inmediatos de su vida cotidiana actual, mientras que recuerdan con detalle situaciones vividas en su infancia, parece ser que el senex se acerca al niño al final de sus días, y que finalmente el niño volverá a renacer con toda la experiencia acumulada gracias a la sabiduría del anciano. En este sentido, no hay peligro de una regresión ya que en el arcano “El Sol” los niños juegan en un lugar cerrado, están protegidos, no hay peligro que los contenidos del inconsciente los invadan. También aquí se ven claramente los pares de opuestos: un niño y una niña, los opuestos se unen en este juego solar. El Sol es el centro del sistema solar, alrededor de él giran todos los planetas, en la astrología occidental es el regente del signo Leo, el arquetipo del monarca, también representa el núcleo principal de nuestra carta astral, nuestra tarea solar es llegar a desarrollar todas las potencialidades del sol natal. Junto con la Luna representa la polaridad más importante, el Sol simboliza nuestro Padre, el futuro, nuestras potencialidades a desarrollar, la conciencia, el conocimiento directo, mientras que la Luna es la Madre, el pasado, nuestro origen, el conocimiento que se obtiene indirectamente, ya que su luz es el reflejo del sol. El Padre es quien nos lanza al futuro, mientras la Madre nos retiene en sus brazos para que nada nos dañe, nos reclama para sí, ella ha creado nuestro cuerpo y le ha dado forma durante nueve meses. Sin embargo, quedarnos eternamente en los dominios de la Luna limita nuestras posibilidades, mientras que dejarnos iluminar por el Sol llena nuestra vida de potencialidades y de felicidad por nuestra autorrealización. El Sol hace que los paisajes de nuestra vida se vean diferente. Cuando en medio de la noche nos asaltan los miedos todo lo vemos oscuro y difícil, bajo la luz de la luna todo parece inmenso, sin embargo si en medio de ese estado podemos recordar que mañana será un nuevo día, el Sol nos llenará de nuevas energías, de esperanza, los miedos desaparecen, vemos por fin ver con claridad, ya la situación no nos parece tan terrible. Nos sentimos a salvo.
Hay un niño en un pesebre que acaba de nacer, en la más absoluta sencillez. Es el niño divino, el hijo de Dios. No necesita venir al mundo en un palacio, no le hacen falta ornamentos, trasciende por su naturaleza y no por lo que tiene.
Así de simple es el encuentro con nuestro ser divino, nuestra naturaleza más profunda, no hacen falta caminos complicados, ni vanidades inútiles, ni secretos, ni intermediarios, no es a través de nuestro ego que llegaremos a encontrarlo. Este niño nos llena de felicidad, como la llegada de todos los niños a este mundo, simboliza la plenitud que sólo se consigue con el encuentro con uno mismo, con nuestro ser, con la porción de divinidad que subyace en todos nosotros. Todo lo demás es circunstancial, y puede darnos simples destellos de felicidad que desaparecen como estrellas fugaces en nuestro cielo, tal como enseñó Jesús persigamos el reino de dios y todo lo demás vendrá por añadidura, ese edén que está en cada uno de nosotros. El niño representa la felicidad por lo que somos y por lo que podemos llegar a ser. La llegada al mundo de nuestra alma inmortal y todos los renacimientos que operarán a lo largo de nuestra vida, como así también al final de nuestro camino. Somos espíritu, somos eternos, el niño nos trae el mensaje. Nos brinda su ternura, su inocencia, el amor más simple y a la vez el más profundo. Mañana cuando finalmente haya nacido todo será diferente, nos regalará un sol enorme para que podamos iluminarnos a nosotros mismos y ser luz para los demás. El Sol en la interpretación: Es una carta yang. Se relaciona con el arquetipo del niño divino y con el self. Se asocia con el elemento fuego. La Propuesta del arcano: Sacar afuera nuestro niño interior, disfrutar de la vida, conectarnos con nuestra intuición, vivir el presente, fluir, ser espontáneos, volver a nuestro centro, obtener energía de nuestro sol interno. El Riesgo del arcano: Volvernos demasiado auto centrados, omnipotentes. El estado por el que atraviesa la persona es de inocencia, de felicidad, aparecen las ganas, el disfrute, la vitalidad. Es tiempo de inicios, renacimientos, cosas nuevas. Según R. Torres las características de las personas “sol” son luminosos, frontales, cultos, conscientes, espontáneos, optimistas, lúdicos, nobles, seguros, sanadores. Mal aspectados: ambivalentes, hirientes, ansiosos, extremistas, demasiado perfeccionistas y racionales. Como consejo “El Sol” nos propone ser espontáneos y hacer conscientes aspectos que en nuestra vida no están demasiado claros. En cuanto a los tiempos son ágiles
XX EL JUICIO
EL JUICIO = EL LLAMADO DEL RENACER
Palabras Clave: Reencuentro – Renacimiento – Despertar – Devoción – Comprensión – Balance – Celebración – Transformación – Redención – Liberación – Sanación
En el arcano anterior un sol enorme iluminaba la conciencia de nuestro héroe, lo cual generaba un estado de plenitud, vitalidad, renacimiento y celebración. En el arcano que nos toca, El Juicio - que según R. Wang no se relaciona con el juicio final sino con la posibilidad individual de renacer – el héroe ha cumplido su meta y se ha reencontrado con la comunidad que había abandonado para realizar su destino, tal como les ocurre a los protagonistas de los mitos. En el tarot marsellés vemos al protagonista de la escena que sale de su propia tumba y que se ubica de frente a un enorme ángel que sostiene y hace sonar una trompeta, a su lado están un hombre y una mujer que lo miran y alzan sus manos como si estuvieran orando, en señal de devoción. Parecería que están contemplando un milagro y al mismo tiempo dando gracias a dios por el. Dice S. Nichols que a diferencia de la carta del Joven Enamorado en la cual también había un ángel, el protagonista se encontraba de espaldas al ángel que dirigía su flecha de cupido sin que el fuera consciente, al igual que en La Torre que era expulsado junto a su compañera sin que él pudiera evitarlo. En la Templanza había desaparecido de la escena porque su ego había sufrido una gran transformación luego de la experiencia de La Muerte, y la divinidad toda se estaba haciendo cargo de la alquimia que le daría la posibilidad de continuar. En El Juicio el héroe está presente y no sólo eso sino que es consciente de la presencia del ángel, escucha el sonido de su trompeta, e incorpora la presencia del cielo en su vida cotidiana. En los mitos y leyendas la aventura del héroe también se inicia mediante un “llamado” que provoca que aquel inicie su camino. En este arcano también hay un llamado a la resurrección, un despertar, y al mismo tiempo un pedido del cielo de que esa sabiduría no quede encerrada en los confines de la conciencia de quien ha despertado sino que se haga extensiva a toda la humanidad.
Las dos figuras a los costados hacen referencia a este último concepto, y nos dan la idea de que cuando uno renace ese renacimiento genera efectos en nuestro entorno. Una vez completado este proceso de resurrección a una nueva vida los vínculos con nuestros semejantes también se vitalizan, se hacen más profundos. A través del camino del tarot muchos estados han sido atravesados, y en ese conocimiento de la vida y de nosotros mismos hemos aprendido a hacernos cargo de nuestras responsabilidades, que poco tienen que ver con las culpas, sino con darnos cuenta de que nuestras acciones producen efecto en los demás, hemos abrazado a nuestra bestia interna, hemos sido transformados por la mano implacable de la muerte, lavamos nuestras heridas en las aguas de la templanza, nos despojamos de nuestro orgullo y aguardamos esperanzados la llegada del nuevo día mientras comprendíamos que no estábamos solos sino que éramos parte de un sistema cósmico más amplio, aunque llegar a esta certeza casi nos hace perder la razón a manos de la luna. En esta instancia ya no nos victimizamos ni proyectamos nuestra sombra en el otro. Nos hemos vuelto más comprensivos y compasivos con quienes comparten nuestro camino. Nos hemos integrado, nos hemos apropiado de nuestros aspectos escindidos y al habernos “encontrado” podemos también generar encuentros más significantes con otros seres humanos. El llamado del ángel tiene como finalidad despertar aquellas funciones inferiores dormidas, talentos, potencialidades jamás desarrolladas y desconocidas para nosotros. Hoy es el tiempo, no importa la edad cronológica para recuperar un sueño no realizado, una actividad postergada, la mente que nos dice que ya se nos pasó el cuarto de hora nos limita con su parloteo constante, sin embargo allí estarán siempre esos tesoros esperando que nos despertemos por fin del letargo y los hagamos relucir. Los ángeles son los mensajeros de dios, y cada vez que un ángel o un espíritu aparecen en mitos, leyendas y aún en la Biblia, traen bajo sus alas un cambio radical, una vida totalmente renovada. Negarse a escuchar el mensaje puede ser muy perjudicial o bien puede privarnos de vivir una existencia excepcional y volvernos seres grises que caminarán hasta el final de sus días sin haber sido abrazados por la vida y sus misterios. Sallie Nichols cita un pasaje de Jung que acá transcribo porque me parece imperdible: “Cuando la libido abandona el mundo superior de la luz, sea por decisión del individuo o bien por una pérdida de energía vital, se hunde de nuevo en su propia profundidad, en la fuente de donde una vez surgió, volviendo al punto de escisión, al ombligo, a través del cual entró una vez en nuestro cuerpo.
Este punto de escisión se llama “la madre”, pues es de ella de quien nos llegó la fuente de la libido. Así pues, cuando hay una gran tarea que hacer, ante la cual el ser humano duda de su propia fuerza, el flujo de su libido se retrotrae a su fuente, y este es el momento peligroso, el momento de decisión entre la destrucción y la nueva vida. Si la libido permanece prisionera en el asombroso mundo interior, el ser humano se convierte en una pura sombra en el mundo superior: no es mejor que un hombre muerto o un enfermo grave. Pero si la libido tiene éxito en liberarse y, luchando, llega al mundo superior otra vez, entonces sucede el milagro, pues este descenso a los mundos inferiores ha rejuvenecido a la libido y, de su muerte aparente, despierta llena de ansias de éxito”. Hay momentos en la vida en que tenemos que dar el salto al vacío, ya hemos comprobado que no estamos solos, que la divinidad nos apoya en nuestra evolución que es nuestro destino. El Juicio también se relaciona con los balances. Estamos terminando el año y es inevitable que uno reflexione sobre lo que nos está dejando este tiempo y que pensemos en nuestros proyectos y sueños para el que vendrá. El ángel nos incita a escuchar su mensaje, no es sutil en su manifestación, su trompeta es estridente, ya es hora de renacer a una nueva vida, la oportunidad es hoy, la vida nos da la posibilidad de un nuevo año para lograr nuestro milagro personal. El Juicio en la interpretación: Es una carta Yang. Es una carta sumamente consciente. Se relaciona con el arquetipo de la resurrección. La Propuesta del arcano: Animarnos a dar un gran paso en nuestra vida, arriesgarnos en un todo de acuerdo con la voluntad del cielo y en armonía con nuestros pares, empezar a tomar conciencia de que el mundo es una ilusión y todos somos uno. El Riesgo del arcano: No animarse a dar el salto y volverse regresivo. Si hablamos de un estado la persona se encuentra haciendo balances, evaluaciones, juicios internos. A partir de ahí surge el renacimiento. Es un momento para despertar capacidades y talentos dormidos, sueños postergados. Es tiempo de tomar conciencia, efectuar cambios. La persona está más abierta al entorno, puede haber reconciliaciones, encuentros con personas que no veía hacía mucho tiempo, vínculos que renacen y se vuelven más profundos. Hay mayor comprensión y responsabilidad por los propios actos, en definitiva más conciencia, todo lo cual mejora la calidad de los vínculos. También se relaciona con el milagro: el resurgimiento de causas perdidas, la salud recuperada, etc.
Según R. Torres los seres “juicio” son: renacientes, comprensivos, amplios, resucitados, humanitarios, desprejuiciados, sabios, guías, perceptivos, humorísticos, desinteresados y con discernimiento.
Mal aspectados: inconstantes, ambivalentes, bloqueados, ingenuos, dóciles, mentirosos, irresponsables, delirantes, y fuera de la realidad.
Como consejo “El Juicio” nos propone ampliar nuestra mirada, reflexionar, jugarnos. En cuanto a los tiempos son ágiles.
XXI EL MUNDO
EL MUNDO = EL UNIVERSO EN NOSOTROS
Palabras Clave: Unidad - Triunfo – Consagración – Final Del Camino – Atman - Arte – Belleza
Hemos llegado al final de nuestro camino. En el arcano “El Sol” ya vislumbrábamos la felicidad que produce el encuentro con nuestra naturaleza más profunda, las funciones inferiores se estaban integrando y podíamos regocijarnos por ello. En el “El Juicio” el despertar era más profundo aún y una nueva vida que incluía vínculos renovados se abría ante nosotros. En “El Mundo” la completud es total. La imagen del tarot nos muestra una figura andrógina que parece estar danzando. Este camino que se inició con el baile desestructurado de “El Loco” ahora termina con la danza de “El Mundo” que expresa armonía y realización. En el medio también conocimos la posibilidad oculta en “El Colgado” ya que si lo veíamos al revés nos dábamos cuenta que estaba danzando aunque en ese momento se encontrara inmovilizado por obra del destino. La figura andrógina demuestra que todos los opuestos se hallan unidos en perfecta armonía, a diferencia de lo que observábamos en “El Diablo”, un conglomerado de partes animales y humanas que causaba repulsión. En los extremos de la carta vemos representadas cuatro figuras: un ángel (la conexión con el aire, el pensamiento), un toro (la relación con la sustancia material), un águila animal solar por excelencia que también simboliza el poder de las emociones y un león (el fuego, la pasión, el espíritu). Aire, agua, tierra y fuego se encuentran simbolizados en estas figuras. Todas las funciones han sido integradas y al final del camino podemos contar con todas ellas, las que se han hecho conscientes para nuestro beneficio.
Naturalmente nuestra energía tiende a experimentar la vida a través de las funciones que tenemos más desarrolladas, en detrimento de las otras porque es lo más sencillo, lo menos trabajoso. Sin embargo de esta manera permanecemos carentes y vivimos una existencia limitada, pero la naturaleza tiende a totalizar, y entonces buscamos a en el afuera un lugar en donde proyectar aquello que nos falta.
De esta manera nos volvemos dependientes de quien posea esa cualidad que no estamos desarrollando y aunque la exportemos y la incorporemos a nuestra vida, seguimos estando incompletos. En el arcano “El Juicio” hemos sido capaces de aspirar a la totalidad que se ve finalmente materializada en “El Mundo”. La figura central se encuentra contenida por una guirnalda lo que significa por un lado que el sí mismo es sagrado y como tal debe ser protegido y al mismo tiempo que el hecho mismo de habernos conectado con aquel implica una consagración. Dice Sallie Nichols que la guirnalda no es la serpiente que se muerde la cola, el ouroboros del caos primigenio, su forma es elíptica: tiene dos focos uno arriba y otro abajo sugiriendo que son dos mitades que se van a encontrar para formar una totalidad. Parecería curioso que esta carta que hace alusión al triunfo de lo individual, se llame “El Mundo”. En realidad lo que nos sugiere es que habernos conectado con el misterio de la vida, habernos encontrado a nosotros mismos no nos excluye del resto de la humanidad, ni nos salva de los sufrimientos de nuestra encarnación, nos otorga la bendición de tener otra mirada más amplia que hace nuestra existencia más profunda y significativa. Nos hermana con el resto de los mortales. Nos hace tomar conciencia de que el mundo es una ilusión, que no estamos solos y perdidos en el universo, la esperanza de “la Estrella” se materializa en hechos concretos en “El Mundo”. Al mismo tiempo, la expresión “tener el mundo en nuestras manos” que puede parecer referirse a los éxitos que nos propone el entorno también puede hacer alusión a la sensación de conquista que tenemos cuando estamos plenamente conectados con nuestro centro. Ya no hay miedos, nos sentimos poderosos, simplemente de algún modo tenemos la certeza de que todo es posible. Desde este lugar sagrado y conquistado por nosotros de manera auténtica es que podemos salir al mundo y operar en él. Nadie nos puede quitar nada, somos eternos y por ende indestructibles, ya no le tememos a la muerte, sabemos que todo es una ilusión. Tampoco tenemos que “tener” o “ser” de determinada manera para existir, para ser aceptados. Ya se cayó nuestra máscara, ahora sabemos quienes somos, nos hemos contemplado al espejo, pudimos ver horrorizados al comienzo nuestros aspectos oscuros que finalmente aprendimos a amar. Por fin somos libres aunque no se trata del libertinaje del Loco, que hacia su voluntad sin que le importara el otro, sino que esta libertad se conquistó desde la conciencia y como tal no hace mas que conducirnos a obtener una existencia más plena.
La tarea solar que nos encomendaba el Padre está cumplida. A diferencia de lo que habitualmente se suele decir que los seres más primitivos son más felices porque viven en la inconsciencia, creo que el ser más evolucionado que sufre con el dolor del otro, descubre que finalmente todo está perdido desde el comienzo, vive una existencia difícil en términos terrenales ya que no son muchos los seres que llegan a este nivel de conciencia y por ende en muchas oportunidades se sentirá solo, apartado del resto de los hombres. Sin embargo este conocimiento lo hace libre y lo mantiene unido a sí mismo.
Finalmente comprenderá que la soledad no existe y que puede vincularse con otros seres desde un lugar más profundo. Ya no hay posibilidades de que su inconsciente personal lo sumerja ni que los contenidos psíquicos del inconsciente colectivo lo invadan sino que están ahora asimilados. Ni siquiera los cambios súbitos de su vida ni las injusticias del mundo pueden doblegarlo. No somos perfectos en tanto seres encarnados pero sí completos.
Dijo Jung: “Experimentar el sí mismo significa que uno siempre es consciente de su propia identidad. Entonces, uno sabe que nunca podrá ser otra cosa que lo que es, nunca se perderá a sí mismo y que nunca será separado del sí mismo. Y eso porque uno sabe que el sí-mismo es indestructible, que es siempre uno y el mismo y que no puede ser disuelto ni cambiado por ninguna otra cosa. El sí mismo le capacita a uno para permanecer él mismo en todas las condiciones de su vida”. Dice S. Nichols que los alquimistas representaron frecuentemente a una figura femenina dentro de una mandorla a la que se la llamaba “anima mundi” es decir el alma del mundo, la concebían como una fuerza oculta en la materia que animaba a todos los cuerpos desde las estrellas del cielo hasta los animales, las plantas y los elementos de la tierra. Era tarea de toda la vida de un alquimista liberar el anima mundi de su encarcelamiento de la prima materia de la naturaleza inconsciente. La idea del ánima mundi coincide con el concepto del inconsciente colectivo cuyo centro es el sí mismo. Es la guía de la humanidad que a la vez es guiada por dios. Todo lo que implica que el universo no es un rompecabezas en la que nosotros – diferentes a él - nos encontramos dispersos sino que el universo está en cada uno de nosotros. Tanto en los escritos cabalísticos como por ejemplo en los escritos de la medicina china podemos ver como cada individuo es este mundo en microcosmos. No hay nada más que decir ni explicar, porque la experiencia de acariciar al sí mismo no puede comprenderse por la vía del pensamiento racional.
Ojalá que algún día todos y no solamente algunos iluminados pudiésemos llegar a esta instancia, seguramente haríamos de este mundo un lugar más armónico. Mientras tanto podemos acceder a la experiencia de lo trascendental por medio de los artistas y los místicos, que son quienes nos traen la certeza de otros mundos mediante sus obras. La posibilidad de explorarlos con nuestros propios ojos se encuentra siempre a nuestra disposición, la vida con sus ciclos nos da siempre la posibilidad de que “El Loco” nos empuje a emprender nuevas aventuras para que todo vuelva a comenzar. El Mundo en la Interpretación: Es una carta Yang. Es la síntesis de todos los otros arcanos. Se relaciona con los cuatro elementos: aire, agua, tierra y fuego. Se relaciona con el arquetipo del sí mismo. Para R. Wang se relaciona con el arquetipo de persona. La Propuesta del arcano: Encontrar nuestro centro y consecuentemente nuestro lugar en el mundo. Poder ver a Dios en toda la creación.
El Riesgo del arcano: No existe. Si hablamos de un estado la persona se encuentra viviendo un ciclo concluido con éxito, pero este triunfo es de adentro hacia fuera. El éxito interno se trasluce en éxitos externos.
Puede haber reconocimientos por parte del entorno. Hay un equilibrio entre mente, cuerpo, emociones y espíritu. La persona se deja fluir, se siente satisfecha con las tareas realizadas, la sensación de armonía es total. Está en paz con la vida y el mundo. No hay tareas pendientes.
Según R. Torres los seres “mundo” son:
armónicos, íntegros, equilibrados, comunitarios, éticos, intuitivos, sinceros, incorruptibles, perseverantes y pacientes. Mal aspectados: cambiantes, impulsivos, ciclotímicos, adictos, maniáticos.
Como consejo “El Mundo” nos propone valorar nuestros logros personales y salir al mundo. En cuanto a los tiempos son ágiles.